Señor mío y Dios mío, tú, que tuviste el sueño de darnos a tu hijo para redimir el mundo, permitenos, de tu mano, hacer nuestros sueños realidad a través de la oración y de ser felices con el amor que nos das cada día.
Te rogamos que nuestros hermanos y amigos puedan también soñar en grande y que junto con ellos y de tu mano, la alegría reine en nuestros corazones.
Todos contestan:
-Te lo pedimos Señor.
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