Escribir
acerca de doña Bertha, me lleva a la edad de siete años, porque el recuerdo que
tengo de ella, es el de la transmisión por televisión de las exequias de su
ilustre esposo, el doctor Mariano Ospina Pérez, Presidente constitucional de
Colombia de 1946 a 1950, época en la cual promovió como primera dama de la
nación la huerta casera, para que cada familia tuviera en su casa lo mínimo en
la mesa.
De
esas exequias recuerdo el dolor de la viuda, que siempre firme en
circunstancias adversas, perdía en ese momento al hombre que la había desposado
cincuenta años atrás. En el recorrido se acercó a ella un niño, recuerdo que un
compañero de universidad de una tía mía, quería hacerle un homenaje a la viuda
del presidente y logró “colar” a su hijo para que la acompañara. Cuando los
guardias de la seguridad quisieron separarlo del cortejo, ella dijo “déjenlo,
es de la familia”. Obviamente ese muchacho no lo era, pero para doña Bertha, la
familia era lo primero y acordarme aún hoy de eso, más de cuarenta años
después, significa que el gesto de la señora me quedó grabado para siempre.
El
padre de doña Bertha, era el industrial
Antonio María Hernández, fundador de la Compañía
Antioqueña de Tejidos, del
Banco Comercial Antioqueño, de
la Compañía Colombiana de Tabaco y del Ferrocarril
de Amagá. Por su parte, Mercedes Fernández Echevarría era la madre de doña
Bertha. Fueron los hijos del matrimonio Ospina Hernández: Mariano, Rodrigo,
Fernando; Gonzalo y María Clara.
Fue la presidenta de
la Organización Femenina
Nacional, institución fundada con
el propósito de reunir a las mujeres colombianas para luchar por el
reconocimiento de sus derechos civiles y políticos y del derecho al sufragio,
que se depositaría por primera vez el 1 de diciembre de 1957. También luchó por la igualdad salarial de las mujeres y a
ocupar altos cargos directivos del Estado, y contra la discriminación con los
despidos por matrimonio o embarazo.
Primera figura femenina de la política del país, llegaría al Congreso de la República como Senadora de la República,
ocupando por más de veinte años una curul. También escribió su columna “El Tábano”, publicada en “El Siglo” y luego en “La República” y los libros
“El Tábano y la enjalma”, “La mesa campesina” y “Mis jardines de orquídeas de
La Clarita”, pues fue una de las orquideólogas más importantes del país.
Ahora que
el Banco de la República emitió tantos billetes, quedó faltando ese homenaje
público y otros para doña Bertha.
FOTOGRAFÌA:
Fuente: | Revista Cromos, No. 2681, abril 21 de 1969 |
Enlace Fuente: | www.cromos.com.co |
Editor o Impresor: | Cromos |
Gestor: | Revista Cromos |
Año: | 1969 |
También visible en: http://www.lalinternaazul.com/single-post/2017/04/21/LOS-110-A%C3%91OS-DEL-NATALICIO-DE-DO%C3%91A-BERTHA-HERNANDEZ-DE-OSPINA-P%C3%89REZ
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