Publicado en la Sección Flash Internacional del diario El Nuevo Siglo, el domingo 30 de agosto de 2015.
Gran
interés causa desde ya el viaje del Papa Francisco a Cuba, pues con el lema
“Misionero de la Misericordia”, visitará La
Habana, Holguín y Santiago de Cuba entre el 19 y el 22 de septiembre. Como bien
se sabe, el Pontífice jugó un papel especial en el acercamiento entre Estados
Unidos y Cuba, que tras medio siglo de ruptura diplomática, reabrieron sus
respectivas embajadas el 20 de julio pasado.
A los católicos cubanos los ha inspirado mucho las palabras
del Papa Francisco en la Evangelii
Gaudium No. 85 “nadie puede emprender una lucha, si de antemano no confía
plenamente en el triunfo” y, es que el triunfo de esta visita radica también en
los acercamientos entre el gobierno de Obama y el de Castro y se abrirá en la
isla el debate público sobre temas teológicos y filosóficos relacionados con la
fe, la persona y la sociedad libre, aunque aún está por agendarse una posible
cita con las denominadas “Damas de Blanco”, pues algo que sí se descartó, y con
razón, fue la audiencia con el equipo
negociador de las Farc expresó su deseo de reunirse con el papa Francisco, no
obstante la expectativa que causó la reunión de la guerrilla con representantes de la Conferencia Episcopal de Colombia,
su presidente, monseñor Luis Augusto
Castro; el secretario, el padre Darío Echeverri, y monseñor Nel Beltrán, aunque
no se descarta alguna referencia al proceso de paz colombiano en alguna de sus
homilías.
Entre los temas que se encuentran
en la mesa, está la propuesta de “Cuba posible” para que sea beatificado el
padre Félix Varela y Morales, a quien Juan Pablo II dedicó su encuentro con el
mundo de la cultura en 1998, cuando dijo que pedía
a los cubanos alcanzar una civilización de la justicia y de la solidaridad, de
la libertad y de la verdad, una civilización del amor y de la paz que, como
decía el Padre Varela, "sea la base del gran edificio de nuestra
felicidad".
Por su parte, el “Movimiento
Democracia” pide que el pueblo sea escuchado y, en medios oficiales vaticanos,
el Secretario de la Pontificia Comisión para América Latina, Guzmán
Carraquiry, dijo que el Papa
va a Cuba "principalmente para confirmar la fe de los cubanos".
Francisco oficiará la misa en la plaza de la Revolución de La Habana y a su
derecha podrá ver a su izquierda el famoso retrato del Che Guevara y a su
derecha el memorial de José Martí. Así mismo oficiará otras dos misas en Cuba,
ambas en el oriente de la Isla: una en la Plaza de la Revolución de Holguín el
21 de septiembre y otra en la basílica de la Virgen de la Caridad del Cobre,
patrona nacional.
La visita de Francisco fue antecedida por la del Papa emérito
Benedicto XVI en 2012 y por la de San Juan Pablo II en 1998, cuando dijo de la
isla la frase de Cristóbal Colón: “la tierra más hermosa que ojos humanos han
visto”.
Benedicto XVI pidió a los cubanos que le dieran vigor a la fe y para que
con las armas de la
paz, el perdón y la comprensión, "luchen para construir
una sociedad abierta y renovada, una sociedad mejor, más digna del
hombre". También, dirigiéndose a los matrimonios, les exhortó a que la familia
fundada en el matrimonio cumpliera
en Cuba la altísima misión de ser célula fundamental de la sociedad y
verdadera Iglesia doméstica, pues allí podrán ser ejemplo para sus hijos como
"signo real y visible del amor de Cristo por la Iglesia".
El pontífice
emérito expresó ante Raul Castro: "Vengo a Cuba como peregrino de la
caridad, para confirmar a mis hermanos en la fe y alentarles en la
esperanza", esa es la misma misión que han cumplido tantas personas, pues
todavía quedan en la isla muchos aspectos en los que se puede y debe avanzar,
especialmente por cuanto se refiere a la aportación imprescindible que la
religión está llamada a desempeñar en el ámbito público de la sociedad cubana,
pues no obstante que su Constitución garantiza "plena libertad
religiosa" a
todos los ciudadanos, aún dista mucho de ser real la letra del texto Superior.
En 1998, San
Juan Pablo II, como “mensajero de la Verdad y de la Esperanza”, cumplió una
visita de cinco días a Cuba y se pronunció por la “globalización de la
solidaridad” y en contra del bloqueo económico, que solo hasta 2015 se ha incluido en la agenda
internacional estadounidense.
Un antecedente de esta
primera visita es el texto "Diálogos entre Juan Pablo II y Fidel
Castro", un libro de cuatro
capítulos casi profético
que el hoy Papa Francisco escribió en 1998. El texto del por entonces obispo Bergoglio se centró en el magisterio de Juan Pablo II
en Cuba (homilías, discursos, saludos) y se propuso subrayar dos aspectos: el
dialogo no solo es posible sino también necesario, y si este diálogo es sincero
y honrado dará frutos relevantes para todos; seguramente Francisco hará
referencia a sus notas, pues allí resaltaba la amplitud de miras y el valor del
Papa Wojtyla, y anticipaba que antes o después estos frutos llegarían, de lo
cual ahora Francisco es testigo privilegiado, pues en su discurso de despedida
Juan Pablo II afirmaba que en nuestros días, ninguna nación puede vivir
aislada, ni privada de los vínculos con otros pueblos, lo cual es necesario
para el desarrollo económico, social y cultural, para que esto no repercutiese
en las dificultades de la población; sólo dieciocho años después se ve con
Francisco una luz de esperanza, de libertad, de confianza recíproca, de
justicia social y de paz duradera.
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