Cuenta la historia, que la noche en la que el pueblo judío salió de
Egipto, había luna llena y eso les permitió prescindir de las lámparas para que
no les descubrieran los soldados del faraón.
Los judíos celebran este acontecimiento cada año en la pascua judía o
"Pesaj", que siempre concuerda con una noche de luna llena, en
recuerdo de los israelitas que huyeron de Egipto pasando por el Mar Rojo.
Podemos estar seguros, por lo tanto, de que el primer Jueves Santo de la
historia, cuando Jesús celebraba la Pascua judía con sus discípulos, era una
noche de luna llena.
Por eso, la Iglesia fija el Jueves Santo en la luna llena que se
presenta entre el mes de marzo y abril y tomando esta fecha como centro del Año
litúrgico, las demás fechas se mueven en relación a esta y hay algunas fiestas
que varían de fecha una o dos semanas.
Las fiestas que cambian año con año, son:
· Miércoles de Ceniza
· Semana Santa
· La Ascensión del Señor
· Pentecostés
· Fiesta de Cristo Rey
El domingo de Pascua es
el siguiente a la primera Luna llena 'eclesiástica' (un plenilunio ficticio
definido por la Iglesia mediante unas tablas numéricas) que se da en o tras el
21 de marzo.
Esta regla lleva
implícito que cuando el plenilunio eclesiástico cae en domingo, la Pascua se
celebra el domingo siguiente, lo cual impide que la Pascua cristiana coincida
con la judía.
En el Concilio de Arlés (año 314) ya se reconoció la
necesidad de fijar una fecha común de celebración para toda la cristiandad;
sin embargo, las reglas para determinar la fecha de Pascua se encuentra en el concilio
de Nicea del año en el 325,
convocado por el emperador romano Constantino. Allí se estableció que se
debería conmemorar entre el 22 de marzo y el 25 de abril en aquellos lugares
donde se utiliza el calendario gregoriano;
es decir, "Se celebraría el primer domingo después de la Luna llena que
coincida o que suceda al equinoccio de primavera del hemisferio norte y en caso
de que la Luna llena tuviera lugar en domingo, la Pascua se traslada al
siguiente". Se denomina equinoccio al momento del año en que los días tienen una duración igual a la de las noches en
todos los lugares de la Tierra, excepto en los polos. La palabra equinoccio proviene del latín aequinoctĭum y significa "noche
igual".
En el año 525, Dionisio
el Exiguo (llamado así por su escasa estatura), adoptó unos criterios claros
(que procedían de la iglesia de Alejandría) y emitió una normativa desde Roma.
Dionisio creó también el Anno Domini ("año del Señor") fundamento de
las siglas AD que se añaden a los años de nuestra era (p. ej. 2016 AD, que equivale
a 2016 d.C.). El Exiguo, sin embargo, cometió un error en el establecimiento
del año 1, lo que lleva a la aparente contradicción de que en realidad Cristo
nació en el año 7 ó 6 'antes de Cristo'.
Las fechas establecidas por las diferentes iglesias cristianas fueron muchas
veces distintas en los 1691 años transcurridos desde entonces debido a que se
utilizan como diferentes calendarios. Por ejemplo, las iglesias ortodoxas
suelen celebrar Pascua una semana después.
El calendario juliano es
el antecesor del calendario gregoriano y se basa en el movimiento
aparente del sol para medir el tiempo. Desde su implantación en el 46 a. C., se adoptó gradualmente en los países europeos y sus colonias hasta la
implantación de la reforma gregoriana, del papa Gregorio XIII, en 1582. Sin embargo, en los países de religión ortodoxa se mantuvo hasta principios del siglo XX: en Bulgaria hasta 1916, en Rusia hasta 1918, en Rumanía hasta 1919 y en Grecia hasta 1923. A pesar de que en sus países el calendario
gregoriano es el oficial, hoy en día algunas de las iglesias ortodoxas (por ejemplo, la de Jerusalén, la de Rusia o la de Serbia) siguen utilizando el calendario juliano, o
modificaciones de él diferentes al calendario gregoriano, para su liturgia y
otras (por ejemplo la de Constantinopla, la de Grecia y la de Finlandia) usan el calendario gregoriano. La Iglesia copta también sigue utilizando el
calendario juliano.
Desde
el siglo IV, la fecha de la Pascuas cae en el primer domingo posterior al
primer plenilunio del equinoccio primaveral. Esto significa que puede variar
mucho de un año a otro, lo que ha producido encontronazos, confusión e
inconvenientes. Desde el siglo X fijar la fecha se establece con referencia a
la luna y el sol.
Esta fecha, entonces, no
viene determinada por criterios comerciales sino por el movimiento del sol y la
luna. Esto concuerda con el propósito ordenado por Dios para las luces de los
cielos, que señalen los tiempos y las estaciones (Gen. 1:14).
Todo el calendario cristiano tiene su origen en la Resurrección de
Jesús. La Resurrección del Señor es la referencia más importante de nuestra fe.
Tanto es así que durante los tres primeros siglos del cristianismo la única
fiesta que realmente se celebraba era la Pascua de Resurrección (la gloriosa
resurrección de Cristo), y en menor medida Pentecostés (el descenso del
Espíritu Santo sobre los apóstoles). Con el paso del tiempo ese acontecimiento
fundante de la Resurrección se fue ampliando alrededor de la Semana Santa, así
apareció el domingo (la palabra domingo significa "El día del
Señor"). Cada domingo es la celebración semanal del misterio pascual de la
Resurrección de Cristo. Podemos decir que cada domingo es una mini-Pascua de
Resurrección.
La fórmula para verificar la fecha de Pascua cada
año, se aplica así: En primer lugar debe hallar el equinoccio vernal, o primer
día de primavera (alrededor del 21- 22 de marzo), en un calendario que incluya
datos astronómicos básicos. Después busque la siguiente luna llena, normalmente
está indicada en una esquina del calendario. La Semana Santa caerá el domingo
siguiente. La mayoría de las veces, la Semana Santa cae durante la primera
semana de abril. También se desprende que la Pascua
de Resurrección nunca puede ser antes del 22 de marzo (cuando el plenilunio
sucede un 21 de marzo que además es sábado) ni después del 25 de abril (cuando
hay plenilunio el 20 de marzo y, además, el 18 de abril –fecha del siguiente
plenilunio- es un domingo, lo que hace retrasar la Pascua de una semana). De acuerdo con esta regla, la fecha más tardía posible para Semana
Santa sería el 25 de abril, la próxima ocurrencia será en 2038. La más temprana
el 22 de marzo, en 2285.
El 19 de abril es la fecha más frecuente del domingo de
Pascua (cae en esa fecha casi 4 veces cada cien años: el 3,87 %). Lo menos
frecuente es que caiga el 22 de marzo (solo 5 veces cada milenio) o el 25 de abril
(solo unas 8 veces por milenio).
En Inglaterra, por
ejemplo, el fundamento legal para cambiar la fecha está escrito desde la Ley de Pascua aprobada por el Parlamento del Reino Unido en 1928 y que establece que la Pascua
debe ser entre el 9 y el 15 de abril.
Las autoridades
religiosas buscan poner fin a una
de las disputas más viejas al interior de la Iglesia: una fecha global de
Pascuas, la cual provoca desacuerdos desde hace más de mil años.
En 1990, el Vaticano
aprobó una propuesta para fijar una fecha, que quedó sujeta a un acuerdo con
otras iglesias cristianas y gobiernos, el cual aún no fue alcanzado. El
arzobispo de Canterbury, Justin Welby, consultará con el Papa Francisco, con el
patriarca copto Teodoro II y con el patriarca de Constantinopla, Bartolomé I,
para negociar un cambio de fecha.
En resumen, cuando surja
la pregunta: ¿Cómo hace la Iglesia Católica para determinar la fecha de la
Semana Santa?, la respuesta es: se determina el Domingo de Resurrección el
siguiente domingo a la luna llena posterior al equinoccio de primavera.
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