jueves, 24 de agosto de 2017

El papa Francisco como cardenal Bergoglio



La posición del Santo Padre sobre diversos temas, con pensamientos profundos que nos muestran su sencillez. Pero también, podemos apreciar cómo en los temas de Cercanía, Libertad, Iglesia, Continuidad, Periferia y Reformas, ha habido pronunciamientos enérgicos del Santo Padre.

Como cardenal siempre pidió –y esto es aplicable en todo el mundo-, “ponerse la patria al hombro” y no ser facilitadores de la intolerancia, pues “copiar el odio y la violencia del tirano y del asesino es la mejor forma de ser su heredero”.

En este listado de algunas frases del Papa Francisco, como Cardenal de Buenos Aires, que he seleccionado de algunas de sus intervenciones, podemos ver el reflejo de unidad de vida y de criterio, de coherencia en sus interpretaciones y de pastor transparente:

  1. Alguien con autoridad es alguien capaz de crear un espacio de crecimiento.
  2. Autoridad viene de augere que quiere decir hacer crecer.
  3. Confieso, que más de una vez me acusé de no haber puesto todos los medios a mi alcance para llegar a una comunión con alguien en conflicto. Eso también me duele y lo considero un pecado.
  4. Copiar el odio y la violencia del tirano y del asesino no es la mejor forma de ser su heredero.
  5. Cuando el trabajo no da paso al sano ocio, al reparador reposo, entonces esclaviza, porque uno no trabaja ya por la dignidad, sino por la competencia.
  6. Cuando una persona toma conciencia de que es pecador y que es salvado por Jesús, se confiesa esta verdad a sí misma y descubre la perla escondida, el tesoro enterrado.
  7. De la soledad de las decisiones no se salva nadie.
  8. Dios se define ante el profeta Jeremías con esas palabras: <Soy la vara del almendro>. Y el almendro es la primera flor que florece en primavera.
  9. El concepto de reconciliación nacional se funda en las bases de verdad, justicia y perdón.
  10. El dolor es como una villa donde también hay hacinamiento, pero se ve el cielo.
  11. El hombre no es para el trabajo sino el trabajo para el hombre.
  12. El magnánimo está siempre feliz. El pusilánime, el del corazón arrugado, no alcanza la felicidad.
  13. El náufrago se enfrenta al desafío de vivir con creatividad.
  14. El ocio como vagancia es la negación del trabajo.
  15. El pastor que se encierra no es un auténtico pastor de ovejas, sino un “peinador” de ovejas, que se pasa haciéndole rulitos, en lugar de ir a buscar otras.
  16. El prejuicio es como un muro que nos impide encontrarnos.
  17. El problema es la clericalización, pues, con frecuencia, los curas clericalizan a los laicos y los laicos piden ser clericalizados. Se trata de una complicidad pecadora. Pero los laicos tienen una potencialidad no siempre aprovechada.
  18. El resentimiento es rencor. Y vivir con rencor es como beber agua servida, como alimentarse de las propias heces; supone que no se quiere salir del chiquero.
  19. El trabajo unge de dignidad a una persona.
  20. En vez de contarse con una ley de educación sexual para la plenitud de la persona, para el amor, se cae en una ley sobre la genitalidad.
  21. Es cierto que, si uno sale a la calle, le puede pasar lo que a cualquier hijo de vecino: accidentarse. Pero prefiero mil veces una Iglesia accidentada que una Iglesia enferma.
  22. Es muy importante que los países fomenten una cultura del trabajo, no de la dádiva.
  23. Es un regalo entender y vivir el dolor en plenitud. Más aún: vivir en plenitud es un regalo.
  24. Hay que saber distinguir entre un verdadero enamoramiento, un mero entusiasmo o una atracción sexual.
  25. La palabra crisis viene del griego y significa zarandear. La criba, la zaranda, permite salvar lo que hay que salvar y descartar lo demás.
  26. La <soledad pasiva> es la que se sufre aparentemente sin motivo y, la <soledad activa> es la que se siente frente a decisiones trascendentales.
  27. La cuestión no es meterse en la política partidaria, sino en la gran política que nace de los mandamientos y del Evangelio.
  28. La falta de identidad es la falta de pertenencia.
  29. La moral no cambia, la llevamos adentro. El comportamiento ético es parte de nuestro ser.
  30. La opción preferencial por los pobres es un mensaje fuerte del post-concilio.
  31. La paciencia cristiana es la paciencia de San Pablo, la que implica so-portar, sobrellevar en los hombros la historia.
  32. La pérdida del sentido del pecado dificulta nuestro encuentro con Dios.
  33. La tentación en la que podemos caer los clérigos es la de ser administradores y no pastores.
  34. La Teología de la Liberación fue una consecuencia interpretativa del Concilio Vaticano II. Y, como toda consecuencia de un giro que da la Iglesia, tuvo sus más y sus menos, sus mesuras y sus excesos.
  35. La única gloria que tenemos, como decía san Pablo, es ser pecadores.
  36. La vida cristiana es dar testimonio con alegría, como lo hacía Jesús.
  37. Las utopías pueden crecer.
  38. Lo primero que me sorprendió es que una persona mayor se vuelva impaciente.
  39. No debemos olvidarnos que para mucha gente la parroquia de la vuelta de la casa es la “puerta de acceso” a la religión católica.
  40. No podemos permitir que las ideologías señoreen la moral.
  41. Si hay un cura pedófilo, es porque lleva la perversión desde antes de ordenarse. Y tampoco el celibato cura esa perversión. Por eso hay que tener mucho cuidado en la selección de los candidatos al sacerdocio.
  42. Todo lo que sea desencuentro me duele.
  43. Un pastor es alguien que sale al encuentro de la gente.
  44. Una cosa es dar el perdón y otra es tener la capacidad de recibirlo.

Esas frases, fuertes, corajudas, dicientes y hasta incómodas, son la esencia del Bergoglismo y, hoy en día, el mensaje de quien asumió el nombre de Francisco.

El papa Francisco y la dictadura



Desde el inicio del pontificado de Francisco, el periodista y ex montonero Horacio Verbitski, recogió algunos testimonios en el diario Página 12, así como en The New York Times, acerca de una eventual connivencia del padre Jorge Mario Bergoglio con la dictadura en Argentina; sobre dichos testimonios hubo posteriormente retractación del citado periodista, que deseaba manchar al reputación de quien por entonces era el provincial de los jesuitas.

En el caso de los sacerdotes Orlando Yorio (fallecido en 2000) y Franz Jalics, éste último declaró, recién elegido Francisco, que hoy consideraba un error afirmar que su secuestro y el del padre Yorio en el año 1976, se hubieran dado tras una denuncia de quien por entonces era el Superior Provincial de la Compañía de Jesús. Está probado que fueron los torturadores quienes hicieron creer a los sacerdotes que habían sido “vendidos” por su provincial.

Según el periodista italiano Nello Scavo, autor del libro La lista di Bergoglio. Il salvati da Francesco durante la dittadura, se quería desacreditar a Bergoglio como “no confiable” ante los ojos de los disidentes y de sus propios hermanos jesuitas; táctica utilizada en países que fueron comunistas, como Hungría, Polonia y Rumanía, donde se hacía lo mismo con religiosos difíciles de alinear y esa <<duda>>, inoculada en la opinión pública, dice Scavo, podía resultar más eficaz que las intimidaciones y los interrogatorios inescrupulosos.

En ese libro, que tiene prólogo de un izquierdista no creyente, Adolfo Pérez Esquivel, se lee: “El entonces provincial de la Compañía de Jesús, padre Jorge Mario Bergoglio, contribuyó ayudando a perseguidos y se empeñó en obtener que los sacerdotes de su orden secuestrados fueran puestos en libertad”. Creo que el Nobel de Paz de 1980 no se hubiera “arriesgado” a escribir ese prólogo, si la acción supuestamente atribuida por Verbitski a Bergoglio durante esos dolorosos años hubiese sido cierta.

Y es que cada uno de los que se beneficiaron con la protección de Bergoglio en el Colegio de San Miguel, a sólo dos cuadras de la Casa Rosada, residencia del dictador militar; dicen haber presenciado, el salvamento de más de un centenar de personas, entre ellos, el sindicalista Gonzalo Mosca; la jueza Alicia Oliveira; el literato Alfredo Somoza; el sacerdote José Luis Caravias; los seminaristas Enrique –Quique- Martínez Ossola, Miguel la Civita y Carlos González; los catequistas Sergio y Ana Gobulin; el gobernador José Manuel de la Sota; el jesuita Juan Carlos Scannone; etc.

Merece la pena documentarse bien; incluso leyendo un documento de Amnistía Internacional de 2013, donde se lee: “No hay una imputación o acusación formal contra Jorge Mario Bergoglio y no tenemos constancia en nuestros archivos de cualquier participación del Arzobispo de Buenos Aires en otros casos”.


Finalmente, Francisco en un encuentro con Pérez Esquivel, dijo: “Hay que continuar trabajando por la Verdad, la Justicia y la Reparación del daño producido por las dictaduras”; creo que esa frase también es válida para el posacuerdo en Colombia.

El papa Francisco y la pederastia



Cuando Francisco, el lunes 7 de julio de 2014 celebró la Eucaristía en la Casa Santa Marta ante las víctimas de pederastia y les dijo: “Desde hace tiempo siento en el corazón el profundo dolor, sufrimiento, tanto tiempo oculto, tanto tiempo disimulado con una complicidad que no, no tiene explicación, hasta que alguien sintió que Jesús miraba, y otro lo mismo y otro lo mismo… y se animaron a sostener esa mirada”.

Es que esos actos reprobables cometidos por algunos sacerdotes y obispos que violaron la inocencia de menores y su propia vocación sacerdotal al abusar sexualmente de ellos ha sido una de las grandes preocupaciones recientes de la Iglesia.

La desesperación y la angustia emocional y espiritual, así como el sufrimiento de las familias que ha sido especialmente graves ya que el daño provocado por el abuso, afecta a estas relaciones vitales de la familia.

Cuando en 2014 un periodista le preguntó a su regreso de Tel Aviv sobre este flagelo, Francisco le contestó: “Un sacerdote que hace esto traiciona el Cuerpo del Señor, porque ese sacerdote debe llevar al niño, a la niña, al muchacho, a la muchacha, a la santidad; y ese muchacho, esa niña, se confían, y él, en lugar de llevarlos a la santidad, abusa de ellos. ¡Y eso es muy grave! Es como… voy a hacer solo una comparación: ¡es como celebrar una misa negra!”.

El Santo Padre, en su regreso de México en 2016, ante una nueva pregunta sobre el tema, también expresó: “Un obispo que cambia de parroquia a un sacerdote, cuando se verifica un caso de pedofilia, es un inconsciente, y lo mejor que puede hacer es presentar su renuncia. ¿Clarito?”.

Ya Pablo VI, convencido de que la Iglesia debe iniciar un diálogo con el mundo con el que tiene que vivir, publica la encíclica Ecclesiam suam, pidiendo que la Iglesia profundice sobre la conciencia de sí misma, que corrija los defectos de los propios miembros y haga tender a estos a una mayor perfección y que la institución eclesial se pregunte ¿Qué tipo de relaciones debe establecer con el mundo que lo rodea, donde ella vive y trabaja? Esas relaciones deberían ser las de cercanía y con ella prudencia, vulnerada por muchos que se aprovecharon de la debilidad e indefensión de personas, que bien por inmadurez, por ignorancia, o por proceder de hogares destruidos, necesitaban de afecto, que se tradujo en atenciones de otro tipo, aunque no existe evidencia alguna de que los sacerdotes estén más inclinados a abusar de los niños que otros grupos de hombres.

Como lo señala Deal Hudson en Catholic.net, “Los obispos, comenzando con el Papa Pablo VI en 1967, publicaron una advertencia dirigida a los fieles sobre las consecuencias negativas de la revolución sexual. La encíclica papal Sacerdotalis coelibatus (sobre el celibato sacerdotal), trató el tema del celibato sacerdotal en medio de un ambiente cultural que exigía mayor "libertad" sexual. El Papa volvió a reafirmar el celibato al mismo tiempo que apelaba a los obispos para que asumieran responsabilidad por "los hermanos sacerdotes afligidos por dificultades que ponen en peligro el don divino que han recibido". Aconsejaba a los obispos que buscaran ayuda para estos sacerdotes, o, en casos graves, que pidieran la dispensa para los sacerdotes que no podían ser ayudados. Además, les pidió que fuesen más prudentes al juzgar sobre la aptitud de los candidatos al sacerdocio.”

En un gesto similar al de San Juan Pablo II al pedir perdón a los judíos, como hermanos mayores en la fe, por el Holocausto, Francisco, como ya lo había hecho Benedicto XVI, pidió perdón por los pecados de omisión por parte de líderes de la Iglesia que no han respondido adecuadamente a las denuncias de abuso presentadas por familiares y por aquellos que fueron víctimas del abuso, lo cual lleva todavía a un sufrimiento adicional a quienes habían sido abusados y puso en peligro a otros menores que estaban en situación de riesgo.

Desde el 2001, con la Carta Apostólica Motu Proprio data «Sacramentorum sanctitatis tutela», relativa a las Normae de gravioribus delictis reservados a la Congregación para la Doctrina de la Fe, determinó que los delitos más graves contra la moral, reservados al juicio de la Congregación para la Doctrina de la Fe, son:

1º El delito contra el sexto mandamiento del Decálogo cometido por un clérigo con un menor de 18 años. En este número se equipara al menor la persona que habitualmente tiene un uso imperfecto de la razón;
2º La adquisición, retención o divulgación, con un fin libidinoso, de imágenes pornográficas de menores, de edad inferior a 14 años por parte de un clérigo en cualquier forma y con cualquier instrumento.

Ya en marzo de 2010, el papa emérito Benedicto XVI había realizado un acto similar al de Francisco, al escribirles una Carta Pastoral a los católicos de Irlanda, debido a la respuesta, a menudo inadecuada que han recibido las personas por parte de las autoridades eclesiásticas, para expresar su cercanía y proponer un camino de curación, renovación y reparación.

En los apartes de su carta, Benedicto XVI insistía en que: “Habéis sufrido inmensamente y eso me apesadumbra en verdad. Sé que nada puede borrar el mal que habéis soportado. Vuestra confianza ha sido traicionada y vuestra dignidad ha sido violada. Muchos habéis experimentado que cuando teníais el valor suficiente para hablar de lo que os había pasado, nadie quería escucharos. Los que habéis sufrido abusos en los internados debéis haber sentido que no había manera de escapar de vuestros sufrimientos. Es comprensible que os resulte difícil perdonar o reconciliaros con la Iglesia. En su nombre, expreso abiertamente la vergüenza y el remordimiento que sentimos todos. Al mismo tiempo, os pido que no perdáis la esperanza”.

Desde que se comenzó a entender plenamente la gravedad y la magnitud del problema de los abusos sexuales de niños en instituciones católicas, la Iglesia ha llevado a cabo una cantidad inmensa de trabajo en muchas partes del mundo para hacerle frente y ponerle remedio, Francisco continúa por ese camino, animado por la gracia que debe estar en el perdón y en la reconciliación, válida para cualquier esquema de conflicto.

El papa Francisco y la pena de muerte



Se han escrito ríos de tinta a favor y en contra de la pena de muerte, como por ejemplo, cuando se ha hablado de la necesidad de castigar a autores de delitos graves o atroces.

Desde el 22 de octubre de 2014, en un encuentro con miembros de la Delegación de la Asociación Internacional de Derecho Penal en Ciudad del Vaticano, Francisco alentó a la comunidad internacional abolir la pena capital, "legal o ilegal y en todas sus formas", y suspender la aplicación de la cadena perpetua, por ser "una sentencia a muerte escondida", agregando que: "Es imposible pensar que los Estados no dispongan de otro medio que no sea la pena de muerte para defender del agresor injusto la vida de las demás personas".
El papa Francisco, en 2015, ante el Congreso de los Estados Unidos, pidió la abolición mundial de la pena de muerte con su convicción por la responsabilidad de la defensa de la vida y la abolición global de ese castigo, expresando que: "Un castigo justo y necesario no debe nunca excluir la dimensión de la esperanza y el objetivo de la rehabilitación" y, sin quedarse atrás de ese primer señalamiento, Francisco expresó: La "certeza" de que "tenemos que custodiar y defender la vida humana en todas las etapas de su desarrollo" (...) "me ha llevado, desde el principio de mi ministerio, a trabajar en diferentes niveles para solicitar la abolición mundial de la pena de muerte".

Ya el 20 de febrero de 2016, en el marco del ángelus dominical dedicado al año de la misericordia, Francisco hizo un llamamiento a la conciencia de los gobernantes “para que alcancen un acuerdo internacional para abolir la pena de muerte”, proponiendo a los católicos, que ojalá ninguna condena de muerte fuese ejecutada durante la cobertura de ese año jubilar, porque “también los criminales gozan del inviolable derecho a la vida”.

En su mensaje a los participantes en el VI Congreso Mundial contra la Pena de Muerte que inició el 21 de junio de 2016 en Oslo, Noruega, también señaló que "Un signo de esperanza es el desarrollo en la opinión pública de una creciente oposición a la pena de muerte, incluso como una herramienta de legítima defensa social. De hecho, hoy día la pena de muerte es inadmisible, por cuanto grave haya sido el delito del condenado", por cuanto "Es una ofensa a la inviolabilidad de la vida y a la dignidad de la persona humana que contradice el designio de Dios sobre el hombre y la sociedad y su justicia misericordiosa, e impide cumplir con cualquier finalidad justa de las penas", criticó así el Vicario de Cristo.

El 10 de octubre del año 2016, el papa Francisco, con motivo del Día Mundial contra la Pena de Muerte, publicó en su perfil de Twitter @Pontifex, un mensaje en el que decía: “¡No hay pena válida sin esperanza!”, acompañado por la etiqueta #NoDeathPenalty, “no a la pena de muerte”.

El Magisterio de la Iglesia expresa que la vida humana es un don sagrado de Dios y que el hombre, por más grave que sea el dolo cometido por el delincuente, no puede arrogarse el derecho de quitarla sin ofender gravemente al Creador.

Por esa razón, ha creído que el pretendido valor ejemplar de la pena de muerte para disuadir al delincuente no es tal y que el valor correctivo y retributivo de la pena de muerte hace imposible cualquier otra pena porque ya resulta imposible aplicarla.

En el Antiguo Testamento, en el libro de Ezequiel (33,11), se dice "yo no me complazco en la muerte del malvado, sino en que el malvado cambie de conducta y viva".

San Juan Pablo II en la Evangelium vitae (56) se expreso acerca de la exclusión de la pena de muerte como castigo y en la Constitución Apostólica Fidei Depositum, por medio de la cual se adoptó el Catecismo de la Iglesia, el # 2267 dice que la "Enseñanza tradicional de la Iglesia no excluye, supuesta la plena comprobación de  la identidad y de la responsabilidad del culpable, el recurso de la pena de muerte, si esta fuera el único camino posible para defender eficazmente del agresor injusto las vidas humanas. Pero si los medios incruentos bastan para proteger y defender del agresor la seguridad de las personas, la autoridad se limitara a estos medios, porque ellos corresponden mejor a las condiciones concretas del bien común y son más conformes con la dignidad de la persona humana. Hoy en efecto, como consecuencia de las posibilidades que tiene el Estado para reprimir eficazmente el crimen, haciendo inofensivo a aquel que lo ha cometido sin quitarle definitivamente la posibilidad de redimirse, los casos en los que sean absolutamente necesario suprimir al reo "suceden muy rara vez, si es que en realidad se dan algunos".

Surge que si bien la Iglesia no se había pronunciado categóricamente sobre el tema, en caso de darse se le exigía al Estado que fuera moralmente licita y buscando que no fuera aplicada donde existiera, en favor de la misericordia y el perdón.

Los Pontífices han abogado porque se apliquen otras penas no privativas del derecho a la vida por varias razones:

A. La posibilidad de un error judicial, pues cumplida la pena el error seria irreparable.
B. Que es el arma predilecta de las dictaduras.
C. Que constituye la negación del amor a los enemigos.

La obligación de los cristianos es la abolición de la pena de muerte y luchar por el mejoramiento de las condiciones carcelarias para el respeto de la dignidad humana del recluso. La pena capital es un derecho del Estado que la Iglesia no comparte.


En casi todos sus viajes, Francisco visita una cárcel, pues para él, "Las condiciones deplorables en las que se encuentran los detenidos en diversas partes del planeta constituyen un trato inhumano y degradante, muchas veces fruto de la deficiencia del sistema penal, otras de la carencia de infraestructuras y de planificación".

El papa Francisco, Trump y Dios



Aunque muchos podrían considerar que la religión de Donald Trump es el dinero, él hace parte de la iglesia presbiteriana, aunque no le gusta hablar de sus creencias, incluso tiene una pastora personal desde hace catorce años, Paula White, quien el día de la posesión del 445 presidente norteamericano, pronunció esta fórmula por medio de la cual lo bendijo: "Dios misericordioso, revela a nuestro presidente la capacidad de conocer la voluntad, tu voluntad, la confianza para conducirnos y la compasión para ceder ante nuestros mejores ángeles". Del mismo modo, en esa ceremonia, Trump utilizó para su juramento la biblia de Abraham Lincoln y otra que le había regalado su mamá cuando tenía nueve años de edad.

Trump siempre ha dicho que su religión es maravillosa, no obstante que en su libro Great Again, escribió que la gente pensaba que él no era religioso porque es millonario.

Los presbiterianos, la iglesia de Trump, tienen una relación distante con la iglesia católica, pues aunque dentro de sus creencias están el padre Dios, Jesús su hijo único, quien nació de la virgen María, murió en la cruz y resucitó y, el Espíritu Santo.

El primer matrimonio de Trump con Ivana, la madre de sus tres hijos mayores Donald Jr., Ivanka y Eric, lo celebró el pastor Norman Vincent Peale de la Iglesia Marble Collegiate de Nueva York. Sin embargo, cuando en el 2009 Ivanka se casó con Jared Kushner, judío ortodoxo y ella se convirtió al judaísmo practicante.

Al visitar México el papa Francisco, antes de las elecciones que llevaron a Trump a la presidencia, el Sumo Pontífice dijo que cualquier persona que hable de muros “no es cristiano”. Y, de entrada, el magnate neoyorquino expresó: "Parece increíble que un líder religioso pueda poner en duda las creencias de un ciudadano americano".

Cuando el 22 de enero de 2017 fue entrevistado el papa Francisco por “El País” de España, Antonio Caño y Pablo Ordaz acerca de la tensión mundial por la posesión de Donald Trump, le preguntaron ¿A usted qué consideración le merece? Y Francisco dijo: “Ver qué pasa. Pero asustarme o alegrarme por lo que pueda suceder, en eso creo que podemos caer en una gran imprudencia. En ser profetas o de calamidades o de bienestares que no se van a dar, ni una ni otra. Se verá. Veremos lo que hace y ahí se evalúa. Siempre lo concreto. El cristianismo, o es concreto o no es cristianismo. Es curioso: la primera herejía de la Iglesia fue apenas muerto Cristo. La herejía de los gnósticos, que el apóstol Juan la condena. Y era la religiosidad de spray, de lo no concreto. Sí, yo, sí, la espiritualidad, la ley… pero todo spray. No, no. Cosas concretas. Y de lo concreto sacamos las consecuencias. Nosotros perdemos mucho el sentido de lo concreto. A mí me decía el otro día un pensador que este mundo está tan desordenado que le falta un punto fijo. Y es precisamente lo concreto lo que te da los puntos fijos. Qué hiciste, qué decidiste, cómo te movés. Por eso yo frente a eso espero y veo”.

El 25 de mayo de 2017, con cierta frialdad, el papa francisco recibió en el palacio apostólico del Vaticano a Donald Trump, junto con su esposa Melania y un séquito de familiares y funcionarios norteamericanos, y aunque hablaron de ecología y paz, la cara del pontífice, reseñada en las fotografías de los medios de comunicación, no dejaban ver más que malestar y cierta lejanía y frialdad con un encuentro poco fructífero.

En lo único en lo cual coincidieron los dos personajes, fue en las frases expresadas tras el intercambio de regalos, cuando el Papa le dio un medallón con el olivo de la paz: “Se lo doy para que sea instrumento de la paz” y Trump contestó: “Necesitamos paz”. Un deseo de los dos, pero no sabemos si pueda salir adelante el propósito que se han fijado como objetivo común.

Cuando en el año 2015 se dio uno de los encuentros entre el papa francisco con el antecesor de Trump, Barack Obama, en cambio, su reunión se centró en la lucha contra el cambio climático y en defensa de los inmigrantes y los refugiados, algo que realmente no está en la agenda del actual presidente republicano, ya que en esa reunión, en los propios jardines de la Casa Blanca, ante unas quince mil personas, el Papa se presentó como el “hijo de una familia de inmigrantes”, alegre de estar en un país que fue “construido en gran parte por tales familias”. Mientras que Obama, aludiendo al mensaje pontificio sobre compasión y amor hacia “el extranjero (...), desde el refugiado que huye de tierras rotas por la guerra al inmigrante que abandona la casa en busca de una vida mejor”.

Es difícil creer que un demócrata hubiese estado con un Papa más sintonizado que un republicano. Incluso, el Papa ha utilizado en Laudato Si frases del reverendo Martin Luther King y, en ese encuentro, hablando de cambio climático, utilizó una frase del líder inmolado en 1968: “…hemos incumplido un pagaré y ahora es el momento de saldarlo”, refiriéndose a la acción conjunta para salvar el planeta, en el cual, el presidente norteamericano, sea el que sea, tiene un papel preponderante, aunque ya Trump retiró a su país del Acuerdo de París sobre el cambio climático (COP21).

Mejor dicho, aunque la esperanza es lo último que se pierde, Trump no va a cambiar de rumbo y, durante su mandato seguirá la revolución de la normalidad de su ser y la Iglesia únicamente puede rezar por él.

El papa Francisco y el mundo de los gestos y palabras



Francisco es un ser de una extraordinaria humanidad, ardiente de Cristo, que combina sus palabras y sus gestos con metáforas sorprendentes y humor cotidiano, como por ejemplo: “No nos sirven los intelectuales sin talento, ni los esteticistas sin bondad”. Y es que realmente los gestos en la comunicación del Papa.

En un mundo de palabras, en el contexto comunicativo de las Tics, una conversación de salón de belleza puede volverse rápidamente un treding topic y ser noticia internacional en pocas horas y así como el lema del Papa emérito Benedicto XVI “Cooperadores de la verdad”, a veces podemos volvernos, hasta sin querer y de buena fe, en unos “cooperadores de las mentiras”, o, generamos una “espiral de silencio” que es en lo que desemboca una situación cuando la  mayoría de los que nos rodean piensan lo contrario. Sin embargo, se dice que el papa Francisco comunica en tono sinfónico, es decir, articula varias matices y niveles en un orden relevante, evitando que un valor secundario se absolutice, o que por un modo de expresión inadecuado, se perciba como contravalor o genere un ruido desagradable. Así, un escándalo comunicativo puede relegar la validez cuando no se da una sinfonía de la verdad o cuando esa “musicalidad” proviene de un cambio de mentalidad no acorde con los valores, o con lo que Benedicto XVI llamaba el “tejido unitario”, afectado por los agresores de la convivencia.

Los marcos o frames de la conversación pública y las metáforas, son los componentes del mensaje social franciscano y, es por eso que surgen siete puntos con correlato de comunicación, que marcan la internacionalidad del discurso de Papa, porque buscan recuperar la frescura original del Evangelio y no encerrar a Jesús en esquemas aburridos. Dichos puntos son:

1.      Contagiar alegría. Siempre debemos dar la alegría de un corazón que ama a Dios; eso, según la Evangelium Gaudium, es comunicar la Fe. “Debemos transmitir la idea de que el negocio de la Iglesia católica es la felicidad”.
2.      El Papa desde el primer momento ha hablado de “una Iglesia en salida” que es mejor que una Iglesia accidentada, pasiva, que se queda quieta en casa. Una iglesia debe dejar de ser una establecimiento para recoger un producto, debido a que ya no es 99 en el redil y una oveja perdida, sino, muchas veces una en el redil y 99 perdidas; esa es la nueva evangelización, la de ir a untarse de oveja en la periferia, salir a la intemperie y no continuar en una zona de confort sino abiertos al “mundo”, donde uno no es esperado y muchas veces no es bien recibido.
3.      Ser, hacer y decir: Coherencia. Ante todo, Francisco es coherente, pero además de poseer esa unidad de vida y ese prestigio moral, cuenta con ser sociable, amable, servicial, simpático, misericordioso, etc., porque escucha, comprende y conversa, así, la escuchoterapia, la cariñoterapia y la misericordina son su clave para ser, hacer y decir.          
4.      Un lenguaje claro, directo y sencillo. Así es como el Papa se dirige y alcanza a sus destinatarios con sencillez, humildad, cercanía, candor y actitudes libres, que están por su espontaneidad fuera del libreto.
5.      Una Iglesia de los pobres y para los pobres. Desde su primera homilía se ha expresado ese mensaje que es puramente evangélico, pero, la prioridad es promover la preocupación por los más necesitados.
6.      Ver evangelización desde la misión. El Papa vincula la acción evangelizadora a las guerras, desempleo juvenil, abandono de los ancianos, refugiados, Cuba, Siria, Mediterráneo, Medio Oriente, etc., con lo cual se ve que su principal misión son las personas que nos necesitan. Así, nos muestra que Dios no es indiferente al sufrimiento de las personas.
7.      Volver a lo esencial del mensaje. Así, desde Cristo y desde la esencia se conoce el dogma y la moral que nos permiten enfocarnos en el mensaje que se quiere decir.

Todo ese proceso de comunicar valores cristianos al servicio del bien común, tuvo, entre otros, un experimento, basado en un escrito de Ratzinger, quien bajo el título “Nota doctrinal sobre algunas cuestiones relativas al compromiso y la conducta de los católicos en la vida política”, muestra que en todo proceso de comunicación, hay valores generales marco (caridad, dignidad humana, dialogo, amor a la verdad y la libertad), valores centrales en tensión con la sensibilidad mayoritaria y, valores centrales en sintonía con la sociedad actual.

En el proceso de comunicación de Francisco, se pone la lógica de Dios, no de los doctores de la Iglesia, acogiendo sin juzgar, viendo el corazón de las personas y buscando la respuesta adecuada dentro de un contexto simple, evitando un distanciamiento en los razonamientos, expresando sentimientos de acogida, y “cocinando” los argumentos y las ideas desde la visión misericordiosa.

Como dice Monseñor Luis Romera “hay que ser capaz de llegar al corazón de la gente pasando por su cabeza”, lo que Francisco llama el “Ecumenismo en la sangre”, que no consiste en ser políticamente correctos, sino en ser personas que saben testimoniar la verdad y defender en la discusión y exposición pública, con autentico y profundo respeto los valores cristianos, en contra de una “cultura de descarte” que nos desconecta emocionalmente de la gente, porque se inspira en un materialismo que rompe con el espíritu de acogida.


Francisco sabe que hablar de Iglesia no es solo hablar de moralismo, comunicar la Doctrina no significa dar sermones, ni “ofender a aquellos con los que debemos conversar”, sino seguir un modo de compartir la verdad mediante el ejercicio de la sabiduría en el contexto de la unidad de vida, de un ideario común, de su credibilidad social, su buena imagen, claro entendimiento, capacidad de discernimiento y la posibilidad de hablar con respeto, pero, sin miedo a decir cosas desagradables, sin retoques, sin una “cosmética de la verdad”, sino desde la realidad del mensaje y la expresión de sus gestos.

El papa Francisco y el medio ambiente



Pidiendo que cada persona sea coherente con su fe, el Papa Francisco nos presentó con Laudato Si, serias advertencias sobre la fragilidad del medio ambiente y una llamada de atención sobre el ser humano y la vida que está conformando en nuestro planeta. Al mismo tiempo, alza la voz contra la tecnificación obsesiva y un falso humanismo que, en el fondo, relega a la persona en beneficio de la máquina.

 

Ésta Encíclica es un elocuente tratado de ética humana y de ecología, redactado en un lenguaje asequible, para hacer evidentes los actuales problemas de inequidad, injusticia y pobreza, siguiendo un eje conductor: justificar, con un elocuente razonamiento, la necesidad inmediata de un cambio en nuestra conducta con el propósito de salvar el planeta. Ese llamado a la <<conversión ecológica>> para el cuidado de la casa común que sufre en su corazón, en lo más profundo de su esencia, el medio ambiente. Por eso, en esta tercera Carta Encíclica de Francisco, hay un inspirador, San Francisco de Asís, el gran santo medieval, defensor de la naturaleza y de la comunicación del hombre con la creación, y crea un compromiso para mitigar el calentamiento global, los efectos del cambio climático y la esperanza en dejar un legado congruente a nuestra descendencia.


El Papa reconoce: ''el ser humano es todavía capaz de intervenir positivamente''; ''no todo está perdido, porque los seres humanos, capaces de degradarse hasta el extremo, pueden también superarse, volver a elegir el bien y regenerarse''.

El Capítulo Primero, explica lo que le está pasando a nuestra casa y nos habla sobre el cambio climático, el problema del agua y sobre la pérdida de la biodiversidad, al igual que sobre la deuda ecológica “del Norte en relación al sur del mundo”.

En el Capítulo Segundo hace énfasis en la tradición judeo cristiana que responsabiliza a los seres humanos del cuidado de la creación: “Es evidente la incoherencia de quien lucha contra el tráfico de animales en riesgo de extinción, pero permanece completamente indiferente ante la trata de personas”.

El Capítulo Tercero, aborda con elocuencia y a su vez con sencillez la raíz humana de la crisis ecológica, con dos problemas cruciales, el trabajo y los límites del progreso científico, con claras referencias a los Objetivos del Milenio. Allí, hay una frase significativa: “Las iniciativas ecologistas pueden terminar encerradas en la misma lógica de la globalización: buscar sólo un remedio técnico a cada problema ambiental que surja es aislar cosas que en la realidad están entrelazadas, y esconder los verdaderos y más profundos problemas del sistema mundial”.

El Capítulo Cuarto habla de la ecología integral, como nuevo paradigma de justicia, una ecología que incorpora el lugar peculiar del ser humano en el mundo y sus relaciones con la realidad que nos rodea: “No hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una única y compleja crisis socioambiental”, señala el Pontífice.

En el Quinto Capítulo presenta líneas orientativas de acción bajo al pregunta ¿Qué podemos y debemos hacer, para resolver los graves problemas de la actual crisis socioambiental del Mundo? Planteando, como condición esencial, que las líneas concretas de acción no estén afectadas “de manera ideológica, superficial o reduccionista”. Además formula un juicio muy severo sobre las dinámicas internacionales recientes, muchas veces afectando su transparencia por la corrupción, “que esconde el verdadero impacto ambiental de un proyecto a cambio de favores, y suele llevar a acuerdos espurios que evitan informar y debatir ampliamente”. Aquí hace estos llamados:

·        La mayor parte de los habitantes del planeta se declaran creyentes, y esto debería provocar a las religiones a entrar en un diálogo entre ellas orientado al cuidado de la naturaleza, a la defensa de los pobres, a la construcción de redes de respeto y de fraternidad.
·        La política es responsable de su propio descrédito, por la corrupción y por la falta de buenas políticas públicas.
·        La política no debe someterse a la economía y ésta no debe someterse a los dictámenes y al paradigma eficientista de la tecnocracia.
·        La política y la empresa reaccionan con lentitud, lejos de estar a la altura de los desafíos mundiales.
·        La reducción de gases de efecto invernadero requiere honestidad, valentía y responsabilidad, sobre todo de los países más poderosos y más contaminantes.
·        Los países pobres necesitan tener como prioridad la erradicación de la miseria y el desarrollo social de sus habitantes, pero también deben analizar el nivel escandaloso de consumo de algunos sectores privilegiados de su población y controlar mejor la corrupción.

En el Sexto Capítulo, el Santo Padre nos habla de educación y espiritualidad ecológica, apostando por otro estilo de vida que resalte la alianza entre la humanidad y el ambiente para lograr esa conversión ecológica y nuestro reto como ciudadanos globales responsables de ir, como lo expresa “más allá del sol”, es decir, la lectura, con feliz admiración, del “misterio del universo, que participará con nosotros de la plenitud sin fin”.

Francisco nos invita a ser valientes también respecto al reciclaje de papel; aunque como regla general pide aprender a reutilizar lo que usamos en el día a día. También elogia a las organizaciones de consumidores porque consiguen que las grandes empresas les escuchen y no dicten ellas solas las reglas del mercado. Sin duda, la temática tratada en el documento es de vital importancia para los días que corren y será de una trascendencia enorme, ya que en su enriquecedor mensaje, sugiere otras medidas prácticas como no usar cubiertos y platos de plástico o papel; no derrochar agua; diferenciar la basura para poder reciclar y eliminar residuos peligrosos; cocinar más o menos lo que se va a comer para no desperdiciar comida; apagar las luces cuando no hace falta tenerlas encendidas y usar transporte público o compartido.

En concreto, Su Santidad Francisco nos pide modificar actitudes nocivas de consumismo desenfrenado. Ahora, lo que se espera, es que este documento siga orientando los cambios en la legislación medioambiental a través de una entrega generosa para encontrar nuevos caminos, para que nuestras luchas y nuestra preocupación por este planeta no nos quiten el gozo de la esperanza”.


Curso sobre Francisco en UniSabana



martes, 22 de agosto de 2017

Mascotas famosas en Colombia

MASCOTAS EN COLOMBIA:
Armadillo, el armadillo que tenía de mascota Gustavo Rojas Pinilla;
Astro, el perro labrador del futbolista Iván Ramiro Córdoba;
Atavis, la gata de la exministra Clara López;
Bacatá, la perra del ex alcalde Gustavo Petro;
Berenice, la mirla de la ex contralora Sandra Morelli;
Brujo, el perro Sharpei de Jacquin de Samper, obsequiado por Simón González;
Chicote, perro del Buque Gloria;
Conchita, la mula de Juan Valdez;
Don Camilo, uno de los caballos más famosos de Colombia;
Julio, Nicanor y Chazam Chichimoco II, los perros de Juan Manuel Santos;
Lara, la perra dálmata de Alfonso López Michelsen;
Lina, la perrita y Nepal, la gata, mascotas del caricaturista Vladimir Flórez “Vladdo”; incluso les tiene cuenta en twitter: @LinaCocker y @NepalCat;
Lola Vargas y Mancho, las mascotas de Germán Vargas Lleras. Según "La Luciérnaga", Mancho ha debido llamarse <<Coscorrón>>, por aquello de la suave reprimenda a su escolta;
Maoreferendo, el pug de Álvaro Uribe Vélez;
Monaguillo, el león del equipo de fútbol bogotano Independiente Santa Fe;
Palomo, el caballo de Simón Bolívar, fallecido diez años después que su amo, el 17 de diciembre de 1840. También fue dueño de El momposo, que le regalaron en Mompóx; El Fraile, que se lo regaló un sacerdote; El Guajiro, que le regalaron en esa región;
Pastora, la lora de “Don Chinche”;
Pipo, el marranito de Eutimio Pastrana Polanía en “Don Chinche”;
Presidente, el perro que Ernesto Samper tenía al llegar a la presidencia;
Triguero, el famoso caballo, orgullo nacional del Hipódromo de Techo;
Trompita, la perra de Ernesto Samper (Por aquello del Elefante??);
Túpac Amaru, el caballo del narcotraficante Gonzalo Rodríguez Gacha <<El mexicano>>;
Zucarita, la perra del ex fiscal Mario Iguarán.

MASCOTAS EXTRANJERAS:

Babieca, el caballo del Cid Campeador;
Blondi, el perro de Hitler;
Bucéfalo, el caballo de Alejandro Magno;
Chita, el mico que acompañaba a Tarzán;
Copito de Nieve, el gorila albino del zoológico de Barcelona;
Democracia, la tortuga de Mafalda;
Incinato, el caballo de Calígula;
Laika, la primera perra astronauta;
Lassie, la perra pastor Colly que protagonizaba una serie de televisión;
Leoncico, el perro de Vasco Núñez de Balboa;
Panquiaco, el perro del conquistador Hernán Cortés;
Perro de León, el perro de Nelson Mandela;
Plata, el caballo del Llanero Solitario;
Rin Tin Tin el primer perro protagonista de una serie policiaca de televisión;
Rocinante, el caballo de don Quijote;
Rucio, el color, más no el nombre, del burro de Sancho Panza;
Santander y Páez, los perros de Manuel Sáenz;
Segismundo y Melibea, los perros del expresidente ecuatoriano Rafael Correa;
Simón, el perro de la expresidenta argentina Cristina Fernández de Kichner;
Thea y Noé, los burros del papa Francisco.