lunes, 23 de julio de 2012

Hernán Olano al Consejo de Estado

El Consejo Superior de la Judicatura incluyó en la lista de elegibles para el cargo de Magistrado de la Sala de Consulta y Servicio Civil del Consejo de Estado al doctor Hernán Alejandro Olano García, Director del Programa de Humanidades en la Facultad de Filosofía y Ciencias Humanas de la Universidad de La Sabana. Dicha distinción meritocratica es un reconocimiento a la trayectoria del profesor en el ámbito del Derecho, como doctrinante y maestro de varias generaciones de abogados.

Olano en la Comisión de Vocabulario Técnico

El Director del Programa Común de Humanidades, doctor Hernan Olano, fue designado por la Academia Colombiana de Jurisprudencia como nuevo integrante de la Comisión de Vocabulario Técnico de la Academia Colombiana de la Lengua.

La Comisión de Vocabulario Técnico fue formalmente instalada el 20 de septiembre de 1961, pocos días después de que la junta directiva de la Academia Colombiana de la Lengua la constituyera, dándole como principales, las siguientes funciones: Encontrar términos en español equivalentes a los extranjeros; sugerir a la academia el uso alternativo de vocablos y definiciones; actualizar curiosidades lexicográficas y evacuar consultas, entre otras, las relacionadas con la propiedad industrial e intelectual y con la celebración de contratos. Esta integrada por académicos de Numero de las Academias de la Lengua, de Medicina, de Historia, de Ciencias Económicas, de Geografía y de Ciencias Físicas, Exactas y Naturales.

El beato Don Álvaro del Portillo

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El Santo Padre Benedicto XVI ha autorizado el pasado 27 de junio a la Congregación de las Causas de los Santos a promulgar el Decreto por medio del cual declara las virtudes heroicas de Monseñor Álvaro del Portillo, Obispo y Prelado del Opus Dei; “un sacerdote de paz, leal a su compromiso de amor a Dios; muy unido a la Iglesia y al Romano Pontífice; que supo servir con alegría y total generosidad a san Josemaría Escrivá de Balaguer; a sus hermanos —luego hijos— en el Opus Dei; a sus parientes; a sus amigos y a sus colegas”, como lo expresara el actual Prelado, Monseñor Javier Echavarría Rodríguez.

Monseñor del Portillo participó activamente en el Concilio Vaticano II y fue durante muchos años consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Fue el tercero de ocho hermanos.  Era Ingeniero de Caminos, ciencia en la cual se Doctoró, también fue doctor en Filosofía y Letras y en Derecho Canónico. En 1935 se incorporó al Opus Dei, convirtiéndose en el más sólido apoyo del fundador, san Josemaría Escrivá de Balaguer. Fue ordenado sacerdote en 1944. El 28 de noviembre de 1982, cuando Juan Pablo II erigió el Opus Dei en prelatura personal, le designó prelado y el 7 de diciembre de 1990 le nombró obispo. Falleció en Roma en la madrugada del 23 de marzo de 1994, pocas horas después de regresar de una peregrinación a Tierra Santa. El mismo día de su fallecimiento, el Santo Padre, beato Juan Pablo II, acudió a rezar ante sus restos mortales.

Don Álvaro, con su predicación ayudó a encontrar la felicidad en la fidelidad a Jesucristo a centenares de miles de personas en los diferentes países a los que realizó viajes pastorales, como ocurrió en Colombia hace veinte años. En este sentido, promovió e impulso personalmente y de manera decidida numerosas iniciativas apostólicas entre personas de todos los ambientes, especialmente en favor de los más necesitados, al servicio de la sociedad, tanto en el terreno educativo y asistencial, como en el familiar.

Cultivó intensamente el amor por la Eucaristía y estaba persuadido de que ante nuestras súplicas, la gracia de Dios es siempre fecunda, y encarecía a los fieles cristianos a que intensificasen la oración por las vocaciones sacerdotales.

Su fidelidad a Dios y a la Iglesia se manifestaba en una profunda comunión con el Papa y los obispos, pero lo más importante que podemos apreciar en las múltiples filmaciones de sus tertulias, es la paternidad que irradiaba y el cariño que prodigaba a quienes se acercaban a él.

domingo, 8 de julio de 2012

Toros y Poesìa.

No obstante mi nombramiento como Profesor Honorífico de la Escuela Taurina de Granada, España, en los últimos veinte años he estado en toros en dos oportunidades, gracias a un amigo que compra cuatro abonos de contrabarrera y cuando alguno de sus invitados se corre, me llama a última hora para ir a “La Santamaría”.
Ahora el alcalde quiere convertir la plaza en lugar de culto a la poesía. Toros y poesía han tenido mucha relación; por ejemplo, Joaquín Sabina ha compuesto muchas obras; Rafael Alberti dedicó un poema a las corridas de toros; lo mismo hicieron el Arcipreste de Hita; Hemingway; Juan Ramón Jiménez; Fernán González; Unamuno; Machado y García Lorca.
Con la decisión del alcalde capitalino, al dar por terminado unilateralmente el contrato con la Corporación Taurina, el conflicto se vuelve una corrida cuyo abono espero capotear, pues a los bogotanos nos cortarán oreja y rabo haciéndonos pagar por esa ocurrencia las indemnizaciones por pleitos, condenas, perjuicios y honorarios, que según el 90 Superior hará que el Estado responda patrimonialmente por los daños antijurídicos que le sean imputables, causados por la acción o la omisión de las autoridades públicas. Si el Estado es condenado a la reparación patrimonial de uno de tales daños, que haya sido consecuencia de la conducta dolosa o gravemente culposa de un agente suyo, aquél deberá repetir contra éste, ¿Cómo probar ese dolo?
La Corte Constitucional en la Sentencia C-666 de 2010 se pronunció sobre las corridas de toros, rejoneo, coleo, novilladas, corralejas, becerradas y tientas y riñas de gallos, dejando por fuera las peleas de perros; allí reconoció que en Colombia existe el desconocimiento del deber de protección de los recursos naturales que constituyen casos de maltrato animal, por lo que consideró que en la práctica de actividades de entretenimiento y de expresión cultural con animales, debe entenderse que éstos requieren protección especial contra el sufrimiento y el dolor, y siempre y cuando se morigeren las conductas especialmente crueles y que sólo podrían desarrollarse actividades como éstas en aquellos municipios en los que las mismas sean manifestación de una tradición regular, periódica e ininterrumpida y en las ocasiones autorizadas, desincentivándose la actividad gradual y temporalmente, no en forma abrupta.
Incluso el marqués de Vargas Llosa, en Barcelona, el pasado 7 de mayo en un mano a mano dialéctico con el escritor Fernando Sánchez Dragó, dijo de las corridas de toros que son un espectáculo de creación como la poesía, la música y la novela.
Sólo queda una pregunta: ¿quienes defienden la vida del toro están también contra el aborto?