El Representante a la Cámara por el Departamento del Tolima Alfredo Bocanegra Varón, -a quien aclaro, no conozco-, me remitió su libro “La Nueva Vitamina C”, que no necesariamente trata acerca de aquel “farmacóforo de la Vitamina C, que es el ión ascorbato, en organismos vivos que protege contra la oxidación…”. Precisamente se trata su publicación acerca de lo que fue, ha sido, es y se espera que sea el Partido Conservador.
Yo soy Conservador, mi familia ha sido tradicionalmente y orgullosamente conservadora por más de 160 años –con excepción de algunos pocos liberales-; siempre he llevado como impronta los principios de este Partido, con el cual no tengo más vinculación que un carnet, y sólo he pisado la casa del Park Way para reclamar ese documento, con el pomposo nombre de <cédula partidaria>, ahora archivado en el fondo de un cajón.
Precisamente ese plástico se ha quedado allí, en el cajón ¿del olvido?, no lo sé. Lo que sé es que el partido poco cuenta con personas que están en su <<reserva>>; sólo he asistido a una Convención Conservadora en 1996, porque mi novia –hoy mi esposa -, me dejó <colar> y nunca he sabido cómo es eso de la Academia del Pensamiento Conservador, seguramente saberse –como yo- el coro del himno. Aunque aparezco en el último tomo de la obra de Julio Barón Ortega “El Conservatismo Colombiano, su historia y sus hombres”, hoy, los conservadores somos una especie en peligro de extinción, nos miran como a dinosaurios vivientes no obstante las <alentadoras> cifras que la página en la internet del Partido presenta, jactándose de haber obtenido 211 alcaldías dentro de ellas las de las ciudades de Montería y Popayán. Qué pena, que ya ni Tunja marca como capital conservadora, ni mucho menos Bogotá, ciudad donde de los 27 años que llevo viviendo, creo que ninguno ha enarbolado la bandera azul, pues el último alcalde <conservador> al que recuerdo haberle hecho campaña, aún siendo estudiante universitario, pertenecía a la <Nueva Fuerza Democrática>.
Se destaca la labor que se realizó para la recolección de los cinco millones de firmas en apoyo al derecho a la vida, que reafirman el compromiso conservador con el derecho natural.
Sin embargo, regresando a la política, en Atlántico, Boyacá, Cesar, Guaviare, La Guajira, Norte de Santander y Putumayo, el conservatismo es la primera fuerza en número de diputados, pero ¿De a dos o tres curules con Diputados de dos mil voticos o menos? Creo que lo único moderno del Partido Conservador es una página en la internet muy difícil de manejar.
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