Los “independientes”, al hacer
público lo público, como lo ocurrido en un municipio cercano, las amenazas y
denuncias aparecieron contra ellos y, especialmente contra los periodistas que
denunciaron las anomalías. La valerosa posición asumida por el escritor –
periodista Gerney Ríos González, presidente de la Asociación de Comunicadores
Sociales en este tema, es digna de destacar y de darse a conocer para que se
promueva la protección en favor de este periodista y de sus colaboradores.
Una grave situación para el
ejercicio de la actividad periodística, se encuentra paradójicamente, en el
mecanismo por antonomasia de protección de los derechos fundamentales en
Colombia, la acción de tutela, puesto que muchos jueces de primera instancia,
han concedido el amparo a su buen nombre contra periodistas y medios de
comunicación, incluso a señalados narcotraficantes, lo que llevó a que muchos
de los procesos finalizaran en la Corte Constitucional, situación que se resume
en un catálogo de casos emblemáticos y abundantes decisiones jurisprudenciales
relacionadas con los hechos noticiosos divulgados a través de los medios de
comunicación y su proyección en los derechos a la intimidad y a la información;
la Corte Constitucional, ha dejado en claro que una de las condiciones para
defender el derecho a la información, la constituye la veracidad de los hechos.
Debemos fortalecer los acuerdos
para el ejercicio del periodismo independiente como lo plantea la Fundación
para la Libertad de Expresión – FUNDALEX, para hacer más efectivas las medidas
sobre el particular.
Un problema de los medios de
comunicación, particularmente en Colombia, es su dependencia de la pauta
publicitaria gubernamental o que son parte de algún holding empresarial que les inhibe informar con veracidad algunas
noticias, sin que realmente primen los intereses de la sociedad, sino el rating, lo cual ha ocurrido aquí y en
otros países más grandes o más pequeños, como el caso de la República
Dominicana. Por eso, ha señalado Hans Joachim Schneider, que “no constituye una novedad afirmar que la
prensa moderna escrita, oral y televisiva, es por lo común una prensa de
empresa, es decir, sin grandes convicciones y sin más fines que los de una gran
difusión que aumente sus beneficios”.
Posdata: ¿Cómo funciona la
“meritocracia” judicial?
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