lunes, 22 de junio de 2015

La Tierra, creación de Dios: Laudato Si (Alabado Seas).


La encíclica, “sobre el cuidado de la casa común”, que según palabras del Santo Padre “puede convertirse en un depósito de porquería”, razón por la cual, pidiendo que cada persona sea coherente con su fe, presenta serias advertencias sobre la fragilidad del medio ambiente; pero lo que hace es una llamada de atención sobre el ser humano y la vida que está conformando en nuestro planeta. Al mismo tiempo, alza la voz contra la tecnificación obsesiva y un falso humanismo que, en el fondo, relega a la persona en beneficio de la máquina.

 

La palabra encíclica proviene del latín "encyclia" y del griego "egkyklios" que significa "envolver en círculo", igualmente origen de la palabra "enciclopedia". La primera encíclica pontificia fue escrita por el papa Benedicto XIV en 1766. León XIII escribió 86; Pío X, 16; Benedicto XV, 14; Pío XI, 30; Pío XII, 41; Juan XXIII, 8; Pablo VI, 7; Juan Pablo II, 14; Benedicto XVI, 3 y Francisco ha escrito Lumen Fidei (cuatro meses después de haber sido elegido Papa) el 29 de junio de 2013 y Laudatio Si (Alabado Seas) del 18 de junio de 2015, la primera encíclica papal sobre la protección del planeta, que se divide en seis capítulos y 264 puntos que cierran con dos oraciones.


El papa Francisco reconoce que ''se advierte una creciente sensibilidad con respecto al ambiente y al cuidado de la naturaleza, y su sincera y dolorosa preocupación por lo que está ocurriendo con nuestro planeta, permitiendo una mirada de esperanza que atraviesa toda la Encíclica y envía a todos un mensaje claro y esperanzado: ''el ser humano es todavía capaz de intervenir positivamente''; ''no todo está perdido, porque los seres humanos, capaces de degradarse hasta el extremo, pueden también superarse, volver a elegir el bien y regenerarse''.

Francisco emitió ese día 18 más de sesenta tuits y tres al día siguiente, a través de esa red social y sus nueve cuentas, añadiendo el hashtag #LaudatoSi y, resumiendo frases de la Encíclica y, en su visión ecuménica, resaltó algunas al Patriarca de Constantinopla, Su Beatitud Bartolomé, gran defensor del medio ambiente.

1.               ¿Qué tipo de mundo queremos dejar a quienes nos sucedan, a los niños que están creciendo?
2.               “Un crimen contra la naturaleza es un crimen contra nosotros mismos y un pecado contra Dios.” (Patriarca Bartolomé).
3.               A veces se lleva adelante una lucha para otras especies que no desarrollamos para defender la igual dignidad entre los seres humanos.
4.               Basta mirar la realidad con sinceridad para ver que hay un gran deterioro de nuestra casa común.
5.               Cada comunidad tiene el deber de proteger la tierra y de garantizar su fertilidad para las generaciones futuras.
6.               Cada criatura es objeto de la ternura del Padre, que le da un lugar en el mundo. #LaudatoSi
7.               Cada época tiende a desarrollar una escasa autoconciencia de sus propios límites.
8.               Caminemos cantando. Que nuestras luchas y nuestra preocupación por este planeta no nos quiten el gozo de la esperanza.
9.               Con mucha lentitud se aprenden las lecciones del deterioro ambiental. #LaudatoSi
10.           Cualquier cosa que sea frágil, como el medio ambiente, queda indefensa ante los intereses del mercado divinizado.
11.           Culpar al aumento de la población y no al consumismo extremo es un modo de no enfrentar los problemas.
12.           Debemos buscar otros modos de entender la economía y el progreso.
13.           Deberían exasperarnos las enormes inequidades que existen entre nosotros. #LaudatoSi
14.           Decir «creación» es más que decir naturaleza, porque tiene que ver con un proyecto del amor de Dios.
15.           Desacelerar un determinado ritmo de producción y de consumo puede dar lugar a otro modo de progreso y desarrollo.
16.           El actual sistema mundial es insostenible desde diversos puntos de vista. #LaudatoSi
17.           El ambiente humano y el ambiente natural se degradan juntos.
18.           El avance de la ciencia y de la técnica no equivale al avance de la humanidad y de la historia.
19.           El cambio climático plantea uno de los principales desafíos actuales para la humanidad.
20.           El clima es un bien común, de todos y para todos. #LaudatoSi
21.           El deterioro del ambiente y el de la sociedad afectan de un modo especial a los más débiles. #LaudatoSi
22.           El mercado por sí mismo no garantiza el desarrollo humano integral y la inclusión social. #LaudatoSi
23.           El pensamiento cristiano reclama un valor peculiar para el ser humano por encima de las demás criaturas.
24.           Es contrario a la dignidad humana hacer sufrir inútilmente a los animales y sacrificar sin necesidad sus vidas.
25.           Es necesario que los países desarrollados contribuyan a resolver esta deuda limitando el consumo de energía no renovable.
26.           Es posible que hoy la humanidad no advierta la seriedad de los desafíos que se presentan. #LaudatoSi
27.           Estos problemas están íntimamente ligados a la cultura del descarte.
28.           Habrá que interpelar a los creyentes a ser coherentes con su propia fe. #LaudatoSi
29.           Hay una íntima relación entre los pobres y la fragilidad del planeta. #LaudatoSi
30.           Hay una verdadera «deuda ecológica», particularmente entre el Norte y el Sur. #LaudatoSi
31.           Hemos de escuchar tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres.
32.           Invito a todos a detenerse a pensar en los desafíos sobre el medio ambiente. #LaudatoSi
33.           La alianza entre la economía y la tecnología termina dejando afuera lo que no forme parte de sus intereses inmediatos.
34.           La cultura del descarte de hoy obliga a un nuevo estilo de vida.
35.           La cultura del relativismo empuja a una persona a aprovecharse de otra y a tratarla como mero objeto.
36.           La espiritualidad cristiana propone un modo alternativo de entender la calidad de vida. #LaudatoSi
37.           La interdependencia nos obliga a pensar en un solo mundo, en un proyecto común.
38.           La posesión de una vivienda tiene mucho que ver con la dignidad de las personas y con el desarrollo de las familias.
39.           La reducción de gases de efecto invernadero requiere honestidad, valentía y responsabilidad. #LaudatoSi
40.           La tierra es esencialmente una herencia común, cuyos frutos deben beneficiar a todos. #LaudatoSi
41.           La tierra que recibimos pertenece también a los que vendrán. #LaudatoSi
42.           La tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería.
43.           Lo que el Evangelio nos enseña tiene consecuencias en nuestra forma de pensar, sentir y vivir.
44.           Lo que el Evangelio nos enseña tiene consecuencias en nuestra forma de pensar, sentir y vivir.
45.           Lo que está en juego es nuestra propia dignidad. #LaudatoSi
46.           Lo que está ocurriendo nos pone ante la urgencia de avanzar en una valiente revolución cultural. #LaudatoSi
47.           Mientras más vacío está el corazón de la persona, más necesita objetos para comprar, poseer y consumir. #LaudatoSi
48.           Muchas cosas tienen que reorientar su rumbo, pero ante todo la humanidad necesita cambiar.
49.           Muy fácilmente el interés económico llega a prevalecer sobre el bien común. #LaudatoSi
50.           Necesitamos un nuevo diálogo sobre el modo como estamos construyendo el futuro del planeta.
51.           Necesitamos una aproximación integral para combatir la pobreza y cuidar la naturaleza.
52.           No hay espacio para la globalización de la indiferencia. #LaudatoSi
53.           Nunca la humanidad tuvo tanto poder sobre sí misma y nada garantiza que vaya a utilizarlo bien.
54.           Para las comunidades aborígenes, la tierra no es un bien económico, sino don de Dios y un espacio sagrado.
55.           Para los creyentes, esto se convierte en una cuestión de fidelidad al Creador.
56.           Sabemos que es insostenible el comportamiento de aquellos que consumen y destruyen más y más.
57.           Se ha de reconocer el valor propio de cada criatura.
58.           Seguimos admitiendo en la práctica que unos se sientan más humanos que otros.
59.           Señor, tómanos a nosotros con tu poder y tu luz, para proteger toda vida, para preparar un futuro mejor. #LaudatoSi
60.           Somos nosotros los primeros interesados en dejar un planeta habitable para la humanidad que nos sucederá.
61.           Un mundo frágil interpela nuestra inteligencia para reconocer cómo deberíamos orientar, cultivar y limitar nuestro poder.
62.           Un problema particularmente serio es el de la calidad del agua disponible para los pobres.
63.           Una ecología integral implica dedicar algo de tiempo para reflexionar acerca de nuestro estilo de vida y nuestros ideales.

En la encíclica nos invita a ser valientes también respecto al reciclaje de papel; aunque como regla general pide aprender a reutilizar lo que usamos en el día a día. También elogia a las organizaciones de consumidores porque consiguen que las grandes empresas les escuchen y no dicten ellas solas las reglas del mercado. Sin duda, la temática tratada en el documento es de vital importancia para los días que corren y será de una trascendencia enorme, ya que en su enriquecedor mensaje, sugiere otras medidas prácticas como no usar cubiertos y platos de plástico o papel; no derrochar agua; diferenciar la basura para poder reciclar y eliminar residuos peligrosos; cocinar más o menos lo que se va a comer para no desperdiciar comida; apagar las luces cuando no hace falta tenerlas encendidas y usar transporte público o compartido.

Ya lo decía el filósofo Francisco Casas Restrepo: “Debemos volver a una sana, bien entendida y recta comunicación con la Naturaleza como obra del Creador y no sólo como depósito del cual podemos disponer a nuestro libre albedrío. Reconocer nuestro vínculo con la Naturaleza y vernos también como criaturas y creaturas naturales -aunque no sólo naturales- es volver a la simplicidad del Evangelio y a una visión cósmica cristiana que no es materialismo, biologismo o fisicalismo”.


En concreto, Francisco nos pide modificar actitudes nocivas de consumismo desenfrenado. Ahora, lo que se espera, es que este documento de aplicación inmediata, oriente los cambios en la legislación medioambiental.

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