jueves, 16 de marzo de 2017

La herencia de mi abuelo, sus postulados educativos

Postulados educativos.
Por: Julio César García Valencia.
Individuo de la Academia Colombiana de la Lengua


Afianzar el espíritu democrático y la fisonomía civil de la república, a base del estudio de la realidad Colombiana.
Algunos conceptos que no constituyeron lema de la labor como director de 
juventudes.

Aunar la tradición, el progreso y la libertad con la responsabilidad.
Dadme muchachos que necesiten freno y no que necesiten espuelas.
Defender a los estudiantes de nosotros mismos.
El examen debe versar sobre lo que saben o deben saber y no sobre lo que ignoran o es natural que ignoren.
El precepto convence; el ejemplo arrastra.
En los programas deben prevalecer los principios sobre los hechos, 
lo formativo sobre lo meramente informativo, el sentido común sobre el mare  
mágnum de la enciclopedia.

Es ley de la vida que para crecer hay que nacer pequeños.
Es más importante entender que saber.
Escuela a la medida: Escuela para el niño y no el niño para la escuela.
Escuela activa que no entra por el odio ni por la vista, sino que ejercita 
todos los sentidos por la acción.

La disciplina es materia imprescindible de todo plan de estudios.
La inteligencia sin profundidad es un azote. (Bolívar).
La madurez del juicio es más necesaria que la extensión de los 
conocimientos para pensar bien y obrar rectamente.

La virtud es barata y sólo el vicio es caro, para las empresas del 
espíritu se necesita en primer lugar un presupuesto de entusiasmo, pues la 
inteligencia y la voluntad son dones de Dios que no cuestan dinero.

Los hombres dan las batallas pero sólo Dios da la victoria.
Mejor el camino que la posada.
No cansarse de estudiar ni acobardarse de enseñar. (Confucio).
No pensar en la que conviene sino en lo que se debe hacer.
Pensar en lo que nos une y no en lo que nos divide.
Perder la paciencia y salirse de las casillas con el alumno nos debe hacer 
meditar sí será que tenemos perdida la razón (la razón se pierde primero que 
la paciencia).

Preparar a los alumnos para la profesión de hombres.
Primero hacer y después enseñar (Jesucristo).
Seguramente habría muchas cosas de las cuales deba arrepentirme, 
pero Dios permita que de ninguna tenga que avergonzarme.

Si todos los estudiantes fueran buenos, deberíamos pagar por el gusto de 
enseñarles y verlos progresar. Nos pagan por soportar a los malos y procurar 
su mejoramiento.


Todo por amor nada por fuerza. (San Francisco Sales).

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