Hace
pocos días el Consejo Constitucional francés, el equivalente de nuestra Corte
Constitucional, dictó una sentencia confirmando la prohibición para la
exploración y la explotación de minas de hidrocarburos gaseosos y líquidos a
través de la técnica de fracturación hidráulica denominada fracking.
El
fallo deroga todos los permisos exclusivos de investigación que actualmente
utilizan en el territorio francés esa técnica y confirma a su vez la ley del 13
de julio de 2011, por medio de la cual, el por entonces presidente Nicolas
Sarkozy quiso proteger además de su propio país, al Parque nacional de Cévennes,
clasificado como Patrimonio mundial de la Unesco y en el cual, varias
petroleras texanas y francesas adelantaban labores de exploración y explotación
de hidrocarburos. En ese momento, las empresas amenazaron con demandar por
daños y perjuicios por la derogación de los permisos que se les habían
concedido para ejercer esa actividad, pero Sarkozy confirmó personalmente
aplicar la ley cuanto antes. Luego vinieron las elecciones y, al ser elegido
François Hollande, los ecologistas que integran su gobierno respaldaron la ley
de Sarkozy, ante lo cual, las petroleras adelantaron el recurso ante el Consejo
Constitucional, la cual ratificó la prohibición del fracking en Francia.
Sin
embargo, aquí en Colombia resultaron aplicándolo como una novedad, pues en los Estados
unidos de Norteamérica -el único país en el que está
técnica se ha utilizado a gran escala-, ya se han perforado más de 50.000 pozos y, de allí son muchas empresas petroleras. La utilización del fracking puede presentar riesgos geológicos
por reactivaciones sísmicas y ocasiona problemas por la
contaminación con químicos de grandes volúmenes de agua y filtraciones en la
tierra, que afectan significativamente las actividades agrícolas y las reservas
de agua para el consumo doméstico, no obstante que sus defensores
dicen que ese mecanismo de extracción permitiría acceder a crudos pesados y
yacimientos de diversas condiciones, que de otra forma no se podrían extraer.
En noviembre de 2011, la Environmental
Protection Agency (EPA) de Wyoming, relacionaba esta técnica de extracción
con contaminación de los pozos de agua dulce. Según el estudio realizado por
investigadores de la Duke University de Durham, el 85% de los pozos de agua
dulce analizados en los estados de Pennsylvania y New York contenían metano
relacionado con el fracking.
Ojalá
la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales, ANLA, tome
cartas en el asunto y, particularmente se entere de lo decidido en Francia y le haga caso a las advertencias sobre el
uso de esta técnica que desde hace tiempo le ha formulado la Contraloría
General de la República.
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