Algunas sentencias o pensamientos aparecen en mis libros enfáticamente subrayados con lápices de color y, dentro de ellas, las del tunjano Plinio Apuleyo Mendoza, el amigo de Gabo, la única persona, junto con doña Mercedes Barcha, que cuenta con el privilegio de leer los manuscritos del Nobel colombiano antes de que aparezcan publicados. De algo le vale ser su compadre, el padrino de Rodrigo García Barcha, bautizado por el mismísimo cura Camilo Torres Restrepo.
Gabo y
Plinio Apuleyo, han sido amigos desde que, hace más de sesenta años, ese joven
costeño llegó al café donde el boyacense departía con algunos contertulios; han
pasado por las buenas y las malas, en Bogotá, en París, en Venezuela con la
agencia “Prensa Latina”, y en su excursión a Rusia como delegados de un ballet
folclórico. Por eso, Plinio dice que “Gabo, esencialmente es un hombre del
Caribe colombiano, con la dignidad, el humor, la irreverencia, el rechazo
inconsciente y visceral que todo el Caribe tiene por los artificios, las
formas, la solemnidad, las apariencias, las retóricas y los protocolos de
nuestros altiplanos andinos”.
En su
libro Los retos del poder. Carta a los
expresidentes colombianos, Plinio Apuleyo, nos acerca a la figura de los
mandatarios Lleras Restrepo, López Michelsen, Barco Vargas, Turbay Ayala,
Pastrana Borrero y Betancur Cuartas, recordándoles episodios de sus vidas y
haciéndoles un balance de su administración con anécdotas y recuerdos cargados
de sutileza.
“Imposibles de olvidar” también son los
relatos de Mendoza sobre nosotros, los latinoamericanos; personajes famosos
como García Márquez, a quien paradójicamente siendo el más célebre de todos los
personajes por él conocido no lo ha visto como tal por ser su compadre; Gabo en
el París de los años cincuenta, cuando Gabo fue Gabo entre hambres y fiestas;
el adiós a Neruda, el nobel de Vargas Llosa; el extraño destino de Marvel
Moreno Abello; las paradojas del destino de López Michelsen; la tenacidad de
Miguel Ángel Capriles, así como un homenaje a sus hermanas y a su compañero de
clase Luis Villar Borda.
Plinio
Apuleyo Mendoza es autor de cuatro novelas, tres ensayos y coautor de tres
libros de análisis político y económico, entre ellos: El desertor, Años de fuga; La llama y
el hielo; Los retos del poder; Zonas de fuego; El sol
sigue saliendo; El desafío neoliberal; Entre dos aguas; y, en coautoría: El olor
de la guayaba con Gabriel García Márquez; y, Manual del perfecto idiota latinoamericano, junto con El regreso del idiota escritos con el cubano Carlos Alberto Montaner y el peruano Álvaro Vargas Llosa.
Viajero incansable desde su adolescencia, Lucy Nietro de
Samper le preguntó alguna vez si sentía nostalgia de regresar a Colombia y él
contestó: “Gabo dijo una
vez: 'el hombre más feliz es el alcalde de Aracataca pues nunca ha salido de
allá'. Me ocurre lo opuesto. Viajo desde los 17 años y en todas partes he
dejado amigos que no quiero perder. Por eso no estoy completamente contento en
ninguna parte.”
Me he permitido
incluir muchas materias de los libros de Plinio Apuleyo, esos libros,
depositados en librerías y bibliotecas a la espera de un buscador de tesoros en
sus renglones insondables, donde se mezclan perlas, esmeraldas, rubíes,
diamantes, junto con “lo real y lo
imaginario, lo soñado y lo vivido, lo pueril y lo trascendental”, pues como
decía el gran escritor Eduardo Caballero Calderón, “los escritores tenemos la tendencia insoportable a citar autores y
personajes, al igual que esas gentes que quieren demostrar a conocidos y
desconocidos, en un salón o en un bar, que están muy bien relacionados”.
Estos pequeños átomos, o “escribidurías”,
como diría Alejandro Llano, quieren depositarse en forma dosificada en la mente
de las personas; también pueden considerarse “notas ligeras”, como lo han sostenido Daniel Samper y Maryluz
Vallejo en “Antología de Notas Ligeras
Colombianas” y, corresponden a un género de “filosofía doméstica”, perteneciente al estilo de las “pompas de jabón”, que se caracteriza por
su brevedad, un ingrediente lírico con ademán poético, ingrediente humorístico,
ingrediente ensayístico, estilo cuidado, temática ecuménica, subjetividad, aire
intelectual, libertad formal, espíritu urbano, amarre con la actualidad,
intención moralizadora y, planteamiento de una que otra tesis y, hasta de
paradojas, las cuales, más que leerse, deben ser desentrañadas.
Éste
es un homenaje a quien como periodista, escritor y diplomático, que hago a
través de los pensamientos
que me llamaron la atención y que seleccioné arbitrariamente de la
segunda edición de su libro Muchas cosas
que contar, un conjunto de crónicas incitantes que no me dejaron dormir,
pues una tras otra son interesantes en los cinco capítulos que integran la
obra, así como de su reciente obra Gabo
y de su novela Entre dos aguas, he
querido extractar los escolios que presento a continuación:
1.
¿Sabes cómo lidias
el hambre en París? Compras una baguette, quizás algo de queso y de jamón y un
paquete de café. Esperas que ése sea tu desayuno, tu almuerzo y tu cena. ¡Qué
va! A las dos horas sientes un hueco en el estómago.
2.
A la muerte y al
amor no se les puede mirar por el ojo de la cerradura.
3. A Roma, como a ciertas mujeres, le
conviene el invierno. En el aire frío todo adquiere una elegancia aristocrática
y teatral.
4. A Roma, como a ciertas
mujeres, les conviene el invierno. Adquiere con el frío una aristocrática
elegancia.
5. A veces uno se siente de sobra, “como
una cucaracha en un baile de gallinas”.
6.
Ahora he abierto
las páginas de este cuaderno, como quien busca un refugio, el único que tengo
al alcance para escapar a un extraño sentimiento de desolación, tal vez de
soledad, el mismo que me asalta a veces en horas de la noche, sea en Roma o en
un lugar recóndito como éste. Tal vez sea un sino de mi vida, no lo sé.
7. Al caudillo no le gusta compartir el
poder. Su lema: un solo jefe es mejor que muchos.
8. Al más célebre de todos los
personajes que he conocido, nunca lo he visto como tal. Es García Márquez.
9. Alfonso López Michelsen fue
el más costeño de los cachacos puros.
10. Algunos son iluminados, y no
precisamente como un elogio, sino con una especie de sorna, como se habla de
gente que por andar a la deriva en un mar de quimeras no asumen las realidades
de este mundo.
11. Amar y ayudar al prójimo es una cosa,
matarlo, otra.
12.
Así lo haga bien,
el escritor debe a veces correr largos tramos solo, sin apuestas a su favor.
13.
Barranquilla, como
ciertas mujeres vistas en el resplandor de una llama, se ve hermosa.
14.
Bogotá es la
antigua ciudad virreinal, de mañanas heladas, de tranvías lentos, de campanas
profundas, de carrozas funerarias tiradas por caballos percherones y lucidas
por cocheros de librea y sombreros de copa.
15. Bogotá tiene una sociedad donde
cualquiera se deja morir de hambre con tal de cuidar las apariencias.
16.
Bogotá, a espaldas
de esa guerra vivida y sufrida por nosotros, sigue llevando su vida de siempre,
vida despreocupada y hasta alegre que transcurre en cocteles, discotecas, bares
y restaurantes siempre llenos, en desfiles de moda o temporadas de ópera en el
Teatro Colón.
17. Camus, para explicar el personaje de El Extranjero, hablaba de juegos de
representación donde la mentira se convierte en norma social.
18. Catherine Deneuve se apoderó
de mi maleta, que era igual a la suya. Tuve la tentación diabólica de dejar
prosperar la equivocación. Me arrepentí cuando imaginé su estupor descubriendo,
al abrirla, mis calzoncillos.
19. Como ocurre con ciertas
divas, hay ciudades cuya belleza fascina de inmediato.
20.
Con una alarmante
puntualidad, los ojos le recuerdan a uno la edad que tiene.
21. Cortázar era como un muchacho que no
acababa de crecer.
22. Creo que el balance de la revolución
cubana es catastrófico.
23.
Cuando hablaba
sobre su novia, luego su esposa, García Márquez se refería al <cocodrilo
sagrado>.
24. Cuando uno, entra en la
tercera edad, descubre que uno ha vivido no una vida sino varias, y que ellas
están asociadas a mundos ya desaparecidos, con gente y lugares que en un
momento dado te fueron muy próximos y luego solo quedaron en el recuerdo.
25.
Culturalmente
paupérrima, la burguesía latinoamericana produce hombres de negocios,
políticos, buenos polistas, buenos campeones de golf, equitadores y memorables
jugadores de bridge, pero casi nunca un artista.
26. Danielle Mitterrand tenía (o
tiene aún) las convicciones calcáreas de una izquierdista primaria. Para ella
todo guerrillero es bueno y todo militar es malo, así de simple.
27. Debo seguir moviéndome con el mismo
ímpetu de siempre, sin permitir que años y recuerdos me confinen en el pasado.
28. Del miedo nacen los valientes; del
fracaso, el triunfo; del infortunio, la dicha.
29. El amor era algo así como un toque
mágico, onírico, repentino; brota del fondo de uno mismo como un poema.
30. El amor responde al misterioso hallazgo
de una persona que aparece en la vida de uno como si estuviese predestinada a
compartirla y que uno no puede abandonar porque el corazón no lo permite.
31.
El arte es un
hipódromo donde no se le apuesta sino a los que han cruzado victoriosos la
línea de llegada.
32. El azar tiene cartas que uno nunca
espera y que hacen de la vida una aventura siempre inédita.
33. El caudillo es lo único que
políticamente hemos inventado los latinoamericanos a lo largo de nuestra
revuelta historia.
34.
El cristianismo
ortodoxo resultó más sólido y testarudo que el marxismo leninismo.
35. El Frente Nacional convirtió
a los dos partidos en clubes clientelistas.
36.
El libro es una
mercancía que sin promoción no se vende.
37.
El mejor cuento que
haya escrito jamás García Márquez, se llama <La siesta del martes>.
38. El mundo de la dolce vita romana, es el de personas que nunca se levantan antes
del mediodía.
39. El paisaje de la sabana era un brumoso
tapiz de parches verdes tiernos y verdes profundos que se extendían hasta los
cerros, Hileras de eucaliptos, sauces, potreros, alguna casa, pequeños lagos de
aguas recónditas, todo ello vislumbrándose a través de cendales de niebla, que
hacían pensar en un paisaje de Escocia y no del trópico.
40.
El Teatro Gorki de
Moscú se llamaba el de las pommes de
terre o de las papas, porque lo mejor que había tenido estaba ya bajo
tierra (autores, directores o actores), y no precisamente por pacífica
defunción natural.
41. El viaje en tren de Roma a
Milán toma siete horas, durante las cuales uno ve desfilar por las ventanas un
trozo grande y espléndido de las más bellas regiones de Italia: el Lazio, la
Umbría, la Toscana, la Liguria y el Piamonte.
42. Ella rechazaba una vida gobernada por
rutinas y convenciones en la cual la diversión o el aturdimiento impedían
buscarle a la vida un sentido más trascendente.
43.
En Barranquilla,
los evadidos de Cayena acabaron convirtiéndose en los bisabuelos de respetables familias.
44. En Bogotá, el único refugio del alto
mundo social son los cocteles para presentar libros o inaugurar una exposición
de arte donde siempre los mismos personajes intercambian saludos o bromas o
sonríen de idéntica manera ante los fotógrafos de la prensa.
45. En esta primera hora del anochecer,
Bogotá brilla con todas sus luces hasta perderse en la línea oscura de la
cordillera.
46. En Gabo, predomina lo que se
ha llamado realismo mágico, es decir, una manera de transformar y enriquecer la
realidad de manera metafórica, casi mítica.
47. En la revolución cubana ¿Qué camino le
quedará entonces al compañero caído en desgracia dentro de la revolución?
48. En los países comunistas había una clase
privilegiada llamada la nomenclatura, con muchos privilegios mientras el resto
de la población vivía en la pobreza.
49.
En París no es
necesario buscar novedades, pues ellas le llegan a uno siempre de improviso.
50.
Enrique Santos
Castillo no creía en abrazos con Tirofijo, ni en diálogo con bandidos, ni en
palabras de mamertos y bobales.
51.
Es un hombre
taciturno y escuálido de cabellos grises, con una cara más lastimada por la
tristeza que por la edad (sobre un personaje de “Entre dos aguas”).
52.
Escribir es una
manera de distraer la soledad de siempre.
53. Escribir, pintar o componer… ¿hay algo
mejor como destino?
54. Ese olor a moho y a
coliflores es el olor de París, el París de los pobres.
55. Ese vacío constante en las entrañas, el
hambre.
56.
Fui gaitanista en un colegio donde mis condiscípulos, muchachos de
buenos apellidos, llamaban a Gaitán el
Negro y a sus huestes, la chusma.
57. Gabriel García Márquez es el modesto
hijo de telegrafista llegado a las cumbres escarpadas de la gloria.
58. García Márquez esperó veinte años para
escribir Cien años de soledad.
Diecisiete años median entre la idea de escribir El otoño del patriarca y el día que escribió la última línea de
este libro.
59. García Márquez ha sabido administrar
bien las dificultades de su vida. Mejor que el éxito, quizás.
60. García Márquez sujetaba por
la brida los adjetivos, cuando otros los usaban como abalorios de gitana.
61.
Hay destinos
marcados por singularidades no buscadas.
62. Hay personas que viajan de un festival a
otro como gitanos de la cultura.
63. Hay quienes ven a Colombia
como un país en manos de una oligarquía excluyente.
64.
Hoy en día los
antiguos jerarcas comunistas se han convertido sin mayor dificultad, en
tiburones voraces de la empresa privada.
65. Julio Cortázar era un
gigante que extrañamente no parecía haber abandonado del todo la adolescencia.
66.
La caída de una
dictadura militar, la de Juan Vicente Gómez, fue el germen de la obra de García
Márquez El otoño del patriarca.
67. La clave de la astucia
política de Alfonso López Michelsen cabría en la frase <Vivir para
reinar>, neutralizando personalidades o ambiciones contrarias a las suyas,
enfrentándoles entre sí.
68. La Colombia olvidada es un
país de dirigentes notables que conferían al ejercicio político una jerarquía
relevante.
69. La cultura es una calle de
doble vía.
70. La decepción es algo que se comprende
cuando la realidad no corresponde a un discurso teórico.
71.
La edad le confiere
a uno cierta inmunidad a la hora de admirar a una mujer bonita.
72.
La fama me
intimida, y la consagración se me parece mucho a la muerte.
73.
La mejor manera de
perder una guerra es no librarla.
74.
La Moscú proletaria
de otros tiempos, es ahora una ciudad rutilante y atractiva, entregada como
ninguna otra a los lujos, vanidades, contrastes y pecados del capitalismo.
75.
La muerte pone fin
a la vida de un hombre, a todo lo que él haya hecho o dejado de hacer en este
mundo. A partir de este momento, Dios es el único árbitro de acciones y
conductas. Es su justicia y no la justicia de los hombres los que tienen la
última palabra.
76.
La nuestra es una
burguesía en la etapa todavía mercantil, no olvidarlo.
77. La pobreza decorosa de la clase media
bogotana.
78.
La URSS era un país
de pacientes rebaños humanos. Allí uno estaba tan lejos de Dios como de la
Coca-Cola.
79. La vida es frágil y efímera;
tanto como esas hojas amarillas del otoño cuando empieza a soplar el viento.
80. La vida, mientras no llegue la muerte,
es siempre una novela inconclusa, y tal vez lo mejor para un poeta es que ese
enigma subsista.
81. La vieja Roma cumple siempre
el milagro de ser una ciudad joven y arrolladora.
82.
Las manos de Stalin
están representadas en la obra de García Márquez El otoño del patriarca.
83. Las relaciones entre el
talento y la fama, entre una obra y el reconocimiento que suscita después de la
muerte de su autor, siempre asombran.
84.
Las únicas cosas inmunes
al tiempo son las obras maestras.
85. Lo más probable es que en Cuba el
comunismo desaparezca con Fidel.
86. Los <mamertos> era el nombre que
dábamos en Colombia a los comunistas.
87. Los atardeceres de Bogotá: En ninguna
parte había visto aquel breve, intenso y melancólico esplendor del sol minutos
antes de que sin tránsito alguno cayera la noche… y moría, con una última
vehemencia, la luz en los cerezos y en el flanco de los cerros.
88.
Los buenos momentos
cuentan más que cualquier obligación.
89. Los cuadros del gobierno y los de la
insurrección armada salen de las mismas maltratadas clases medias.
90. Los genes no solo se
encargan de repetir rasgos físicos, sino también maneras de ser y de actuar.
91. Los hombres públicos estaban
acostumbrados a oler la pólvora de las palabras, no de las armas de fuego.
92. Los latinoamericanos damos
las gracias por cualquier cosa, preferimos los tiempos condicionales del verbo
en vez de los imperativos, usamos fórmulas que debieron desaparecer en España
hace un siglo, o tal vez, en los tiempos del Quijote.
93.
Los libros de
García Márquez, sosteniendo a pulso la vida de todos los días, garantizan la
continuidad de las estirpes.
94. Los mejores libros y los mejores amigos
de Gabriel García Márquez, nacen de esa privilegiada relación suya con la
verdad de la vida.
95. Los partidos comunistas son más sectas
de iniciados que partidos de masas.
96. Los propósitos que uno se traza, por
férreos que sean, rara vez logran robarle al azar sus inesperados caprichos.
97. Los universos exclusivamente masculinos
me aburren. Por eso nunca habría podido ser cura o militar.
98.
Mercedes Barcha
parece contemplar el mundo sin sorpresa, como se mira caer la lluvia.
99. Mirando hacia atrás, todo lo que
encontramos son campesinos adheridos a su tierra, como los eucaliptos y los
sauces, desde siempre.
100.Muchos académicos
despistados asocian fervor político y violencia como si se tratara de una
ecuación irreparable.
101.Nada de lo
que a uno le apasiona de verdad debe ser clandestino.
102.Nada es extraño en Roma,
como tampoco los gatos sin dueño o las condesas arruinadas que van en bicicleta
a comprar lechugas.
103.Nada más difícil que poner de acuerdo a
los escritores de habla hispana alrededor de un proyecto, cuando hay de por
medio consideraciones políticas.
104.Nadie que no haya vivido en
Barranquilla, descubre la seducción de esta ciudad.
105.No he visto a nadie más
despistado a propósito de América Latina que Sartre.
106.No tengo
raíces en ninguna parte. Todo se resume a búsquedas y ansiedades.
107.Ocurre
frecuentemente en nuestros países con burócratas, empresarios y ejecutivos,
cubren su ineptitud con actitudes autoritarias.
108.Para abrirse paso en la vida lo primero
es andar bien vestido.
109.Parece que
en cada generación siempre hubo un colombiano, uno solo, que se quedó en París
para siempre.
110.París de
mayo del 68, primera revuelta en la Universidad de Nanterre… un febril desvarío
parecido al de un sueño condenado a evaporarse bruscamente cuando uno abre los
ojos a la realidad.
111.Perón me pareció simpático y
habilidoso, capaz de decir cualquier cosa si con ello obtenía un efecto
mediático. Era un verdadero populista.
112.Por la
ventana diviso un vasto océano de luces amarillas o azules, engañoso sin duda,
pues le confiere a Bogotá la imagen de una capital rutilante y cosmopolita,
ocultando como una capa de fantasía su pobreza y sus contrastes lastimosos.
113.Por su bárbara crudeza,
nosotros vemos a veces a los españoles tan ásperos como un papel de lija.
114.Portugal, país de marineros
y emigrantes, puesto de cara frente al inmenso Atlántico, su desmesurada vocación
colonizadora lo llevó a dejar lo suyo en América, África y Oriente en una gesta
que parece increíble.
115.Qué bueno es a veces ser el apoyo de
<un compadre de alma averiada>.
116.Queda en un lugar recóndito
del alma nacional el anhelo de liderazgos limpios y de una vida democrática
donde una opinión pública pueda ejercer un exigente protagonismo.
117.Quien se
atreve a conocer la verdad, corre riesgos.
118.Quizás en esa loca y desesperada
necesidad de no aceptar la muerte está la explicación de todas las religiones.
También de la poesía y del arte cuando buscan arrebatarle al tiempo lo que
inexorablemente suele llevarse.
119.Roma, la vieja Roma, es un
pueblo con amigos tan fieles a ella como sus palacios, sus cantantes callejeros
o los cuervos marinos que suben del Tíber y que en las noches lanzan gritos de
brujas desde los tejados.
120.Sartre a cada paso hablaba
de nous, les mao (nosotros, los
maoístas) sin sospechar entonces que Mao era uno de los sátrapas más
sangrientos de la historia.
121.Se puede ser buenos y viejos amigos sin
compartir necesariamente las mismas ideas políticas.
122.Sí, los
amigos han sido mi seguro de vida.
123.Siempre he creído que la
espontaneidad es para mí el rasgo indispensable para ser amigo de alguien,
sobre todo en un mundo como el nuestro, donde subsiste el culto de la
apariencia y la importancia de un personaje es, ante todo, un producto de
calculada fabricación personal.
124.Stalin
causó cuarenta millones de muertos y otras desgracias que habrían hecho
palidecer de envidia a Iván el Terrible.
125.Tenía ella una arquitectura ósea capaz
de lucir con elegancia lo que se pusiera.
126.Teusaquillo tenía cierta nobleza
residencial que ahora ha perdido del todo. Nadie o casi nadie parece residir
allí. Habilitadas aquellas viejas casas para paupérrimas oficinas, institutos
de enseñanza comercial, alguna vetusta notaría o un restaurante de comida
típica, el barrio parece maltrecho, empobrecido, venido a menos.
127.Todo en
García Márquez parece escrito en tablas inmutables.
128.Tunja es la
remota ciudad andina de vientos helados donde nací.
129.Uno en el
fondo no cambia. Sólo aprende con el tiempo a ocultar pavores y sentimientos.
130.Uno es realmente libre cuando puede
decidir su destino y establecer sus líneas de conducta sin la interferencia de
otros.
131.Uno, en el
fondo no cambia. Sólo aprende con el tiempo a ocultar pavores y sentimientos.
132.Vargas Llosa es un
extraordinario analista de la realidad continental.
133.Virginia Woolf reconocía su dificultad
de vivir en dos esferas: la novela y la vida, así como la de mantener
compostura y circunspección delante de extraños.
134.Vivo en dos mundos. Entre dos aguas.
135.Yo veía
como Gabo le robaba al sueño horas enteras para escribir cuentos o novelas.
Sin
embargo, de todo el listado anterior, de frases propias escritas por Plinio
Apuleyo Mendoza, lo que más me impresionó, fue la definición de inteligencia
que acuñó el maestro Fernando Botero: “Es la capacidad de pensar a largo
plazo”, que nos permite, en efecto, pensar sobre la necesidad de estructurar
con visión de perspectiva nuestro proyecto de vida.
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