Al recibir en el año 2002 la honrosa comunicación de la Academia Colombiana de Jurisprudencia, en la que el doctor Jorge Vélez García me informaba acerca de mi elección, quise preparar un estudio sobre alguno de los fundadores de la Corporación, y encontré dentro de esa primera nómina al doctor José Vicente Concha, quien era la línea recta, la unidad en el pensamiento y en la acción, en el honor y en el deber. No obstante, a estas alturas, nadie se ha ocupado de escribir su biografía o siquiera ponerlo de imagen para estas épocas de crisis en el concepto de autoridad, ya que a él se debe en mucho la consolidación de las libertades públicas, base de la verdadera República y necesario fundamento de la democracia cristiana.
Nacido en Bogotá el 21 de abril de 1867 y fallecido en Roma el 8 de diciembre de 1929, estudió sus primeras letras en el Colegio del Espíritu Santo y su carrera de Derecho en la Universidad Católica, culminando en la Universidad Nacional.
Concha Ferreira, facilitó la edición de los códigos nacionales y contribuyó a su divulgación, e igualmente enriqueció la jurisprudencia patria como profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Colombia con la publicación de sus obras sobre Derecho Penal, Pruebas Judiciales y Derecho Constitucional.
Siendo Procurador General de la Nación, rompió relaciones con don Miguel Antonio Caro, al advertir en él tendencias reeleccionistas que pugnaban con su integridad de criterio.
Como homenaje a sus 80 años de fallecimiento, se han reeditado los “Apuntamientos de Derecho Constitucional”, donde encerró los principios básicos de la ciencia política y compone un precioso manual del ciudadano libre. Allí apenas concedía al Estado una mínima intervención en las entretelas del juego social y en el último capítulo referido a las diferentes especies de resistencia a la opresión, (la pasiva y la defensiva o agresiva).
Don José Vicente Concha además reinstaló el Consejo de Estado en 1914, en años que fueron para Colombia de graves dificultades económicas, ya que se votaron muchas leyes para gravar la compra de artículos suntuarios; ante eso, muchos se aprovecharon para denigrar del mandatario y organizar manifestaciones en su contra como la de una delegación obreros liberales que le reclamaban sobre el impuesto al consumo, ante lo cual, Concha les contestó: “¿Ustedes toman champaña? ¿Fuman cigarros habanos? ¿Se bañan en agua de colonia?” No, contestaron los obreros. “Entonces no tienen nada qué protestar. Ese impuesto afecta a los viciosos de los clubes, a favor de las clases desamparadas.
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