Con el propósito de estudiar la Encíclica Caritas in Veritate de Benedicto XVI, los profesores del INALDE Sandra Idrovo y Raul Lagomarsino, organizaron el Congreso “Repensando la Empresa y la Sociedad”, la semana que termina, en un contexto de diálogo y desarrollando el principio de caridad en la verdad, sobre el cual gira la Doctrina Social de la Iglesia.
La Encíclica, sobre el desarrollo humano integral, a través de sus seis capítulos, ofrece en ellos valiosos escenarios que reclaman un estudio continuo en defensa de la verdad, propuesta con humildad, convicción y como testimonio de vida; mientras que sobre la caridad nos indica su valor como expresión auténtica de humanidad y como elemento de importancia fundamental en las relaciones humanas, también en las de carácter público.
El bioeticista Gilberto Gamboa ubicó el contenido de la Encíclica dando paso a Jhon Naranjo, quien explicó los aspectos económicos y empresariales, a la luz de la Doctrina, así como la responsabilidad social empresarial, donde la necesidad de una justicia inseparable de la sociedad e intrínseca a ellas es necesaria, como primera vía de la caridad; seguido del análisis de la pobreza, la indigencia, la inequitativa distribución del ingreso y la propuesta de soluciones inteligentes para resolver la inadecuada administración de nuestra escasez.
Manuel González de UniNorte, aportó seis ejemplos de empresarios fieles a la Doctrina Social: Jaime Carvajal, Jorge Carulla, Carlos Mario Londoño, Ernesto Mejía, Ricardo Vargas y Fernando Escallón.
Álvaro Turriago de UniSabana enfatizó en la antropología de gerentes, empresarios y trabajadores en la sociedad del conocimiento ante los planteamientos de la Encíclica: La libertad humana, el desarrollo, la cuestión social y el bienestar espiritual y moral de las personas.
También intervinieron otros ocho profesores de UniValle, Javeriana de Cali, EAFIT e INALDE y el IEEM de Montevideo, todos en temas relacionados con el desarrollo humano integral en la caridad y la verdad.
La bioética, el absolutismo de la técnica, la “cultura de la muerte”, la paz, el orden moral; el compromiso de la ONU; los consumidores, la microfinanciación y su dimensión humanitaria, la decencia aplicada al trabajo, la relación entre pobreza y desocupación, las migraciones, el turismo sexual, el acceso a la educación, los TLC, el asistencialismo y las ayudas internacionales, la política, el agua, la naturaleza, la justicia, el mercado, el consumidor, el amor, el saber, los alimentos, el bien común y los poderes públicos, son sólo algunos de los puntos que están por desarrollarse en otros foros y que nos dejan nuevos retos de conocimiento a toda la humanidad.
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