Aunque ya desde el pasado 19 de julio éste diario lo incluyó como “Protagonista”, no puedo dejar pasar esta columna para dedicarle unas letras a uno de los más importantes promotores de la figura de don Antonio Nariño y de su digna esposa doña Magdalena Ortega de Nariño, “dama de las quimeras patrias y de la desolación”, víctima de injuriosos epítetos, desvirtuados entre otros, por Felipe Osorio Racines y Julio Barón Ortega.
Con la muerte del doctor Julio Barón Ortega, al amparo de la Virgen Morena de Güicán, el Partido Conservador pierde a su más connotado historiador, pues los tres tomos que escribió, titulados “El Conservatismo Colombiano, su historia y sus hombres”, le hicieron merecedor de la medalla “Caro y Ospina” del Directorio Nacional y de la Condecoración al “Mérito Académico” del Centro de Estudios Colombianos, concedida en 2005.
Escritor y compositor de fácil verbo; entre sus obras de estos dos géneros, están “Vida y hazañas del caudillo Juan José Neira”, “Doña Magdalena Ortega, la fiel y heroica esposa de Nariño”, “Julio Flórez: De Chiquinquirá a Usiacurí”, el pasodoble “Tunja Imperial” y el bambuco “Orgullo Boyacense”, originalmente llamado “orgullito boyacense”, pero modificado luego de una columna de mi padre en el diario “La Tierra” de Tunja.
Nacido en el municipio de Güicán, bachiller del Colegio de Boyacá en 1950, fue primero maestro de escuela, luego oficial del ejército y más adelante abogado, graduado en la Universidad La Gran Colombia, cuya Asociación de Egresados lo condecoró hace algunos años. Su tesis de grado –que obtuvo mención honorífica- se tituló, “orígenes del desarrollo Laboral, los conflictos colectivos y soluciones legales y cristianas”, en la que presentó soluciones a los problemas sociales y económicos.
Concejal en varios municipios de Boyacá, diputado a la Asamblea, representante a la Cámara, Contralor de Boyacá, Superintendente de Regulación Económica, Embajador de Colombia en Nicaragua por la época del terremoto que azotó a ese país, logró allí la construcción del barrio “Colombia”, con los aportes de los connacionales remitidos para afrontar ese desastre. Fundó el periódico “La Estrella Nacional”.
Obtuvo la medalla “Rubén Darío” del gobierno de Nicaragua y la condecoración “Sor Francisca Josefa del Castillo”; fue miembro de la Academia Boyacense de Historia, de la Academia Patriótica Nacional “Antonio Nariño”, de la Academia Colombiana de Historia, de la Sociedad Nariñista de Boyacá, de la Academia Nacional de Heráldica, del Centro de Estudios “Cacique de Turmequé” y del Instituto O´Higginiano de Cundinamarca, etc.
El Directorio Nacional del Partido Conservador, lo definió como un “boyacense fervoroso y querendón de su tierra.”
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